Una capri recelosa, un sagitario confuso

Hola; escribo por primera vez en este foro, ya que tengo ciertas dudas respecto al sagitario que me gusta. Y prepárense, porque va para largo.
Creo que quizá deba comentar el hecho de que es 17 años mayor que yo y aunque eso no es ningún problema, admito que me tiene un poco temerosa (soy capricornio y creo que eso podría explicarlo).
Para empezar, nos conocimos gracias a una campaña política que no duro más de 2 meses y termino ayer. Aclaro que el flechazo no fue inmediato, sino a casi tres semanas de que el asunto se finalizara. Pero aquí agrego mi duda, el hecho de que a veces creo que no le soy indiferente y otras, todo lo contrario.
Charlando con mi mejor amiga y fiándome de que ella lo conoce mejor que yo; le pregunte sobre él, y lo que me dijo fue que era casado y tiene una hija, solo que ambas viven en EEUU (nosotros en México), también me comento que hace algún tiempo salía con una chica de nuestra comunidad, pero hace bastante que no le veían con nadie. A todo esto me anime y trate de poner atención a su carácter para tener una mejor idea de cómo es y en parte, para saber como podría acercarme a él.
Los primeros días, creí que iba por buen camino (aun no sabia su signo). Le hacia reír con los muchos momentos en que suelo ser tan despistada y conversábamos de vez en cuando, pues estaba muy enfocado en la campaña. El momento del conflicto llego una tarde en que jugando le tome del brazo y es que yo tengo la costumbre de tomar del brazo a todo aquel que considero un buen amigo, cosa que hacia con uno de los integrantes del grupo (mucho mayor a ambos). En ese momento me dijo que no le gustaba le tomaran del brazo porque tiene una novia muy celosa y que le podía ver.
A la mañana siguiente, nuevamente en juego, volví a tomarle del brazo con el pretexto de que ahí no nos vería su novia (aclaro, fue después de que el comenzó a burlarse de mi y de mi amigo). Admito que la cara que puso me causo gracia, pero con una sonrisa, en pocas palabras me dijo que yo era una tentación y que el no solía tener novias de nuestra comunidad y que le resultaba algo incomodo ir así; lo curioso, es que quizá por la emoción, me di cuenta muy tarde del termino que uso para mi. Total, que a pesar de ello y de que no espere demasiado para soltarle sostuvimos una larga e interesante charla, en la que le permití cambiar de tema tanto como quiso; pasamos desde el porque de su incomodidad hasta tocar temas como la religión y ciertas filosofías de la vida.
Admito que después, al ponerme a pensar en esa charla, me desanime un poco, pues de alguna forma, me hirió y decidí dejar las cosas por la paz, lo cual creo que no pude hacer por completo, pues en un arrebato le dije a mi amiga al fin que no lo quiero para marido aunque sigo deseando una relación seria con él. Durante algunos días, lo sentí más relajado, pero atento a mis acciones o mejor dicho sonrisas, pues siempre me preguntaba por que me reía. Cosa que es natural en mi; soy muy risueña. Sin embargo, admito que estando a solas con él, lo cual no paso más de 5 veces, no se me ocurrían demasiados temas de conversación.
Durante esos días de pasividad, hubo una tarde en que de casualidad, lo encontré y al verme, me alcanzo para preguntarme si venia de la junta, pero el estaba hablando por teléfono y mientras se acercaba a mi, colgó. Lamentablemente y gracias al frio y la lluvia, yo tenia un poco de prisa, por lo cual no tardamos hablando demasiado.
En este punto debo agregar que me gusta mucho escribir y durante una comida el menciono una palabra desconocida para mi y que me inspiro a una historia nueva. La palabra en si, no daba para algo feliz, pues tiene mucho que ver con la muerte, y obvio, el resultado fue una tragedia teñida de angustia. Al terminarla, se la dedique, la imprimí y se la di frente a varias personas. Esa tarde me puse nerviosa y más cuando algunos se burlaron de nosotros; él también pero a pesar de ello pregunto si podía leerla frente a todos, cosa a la que afirme. Solo leyó el titulo y les recordó el instante en que había mencionado la palabra.
Por la noche, aun sin leer, me sorprendió mostrándome una foto de su hija cuando aun era bebe. Aquello volvió a entusiasmarme, pues es muy reservado y ni siquiera a mi amiga, a quien conoce desde mucho antes, se la había mostrado.
Supongo que era de esperar, pero cuando finalmente me dio su opinión del texto, me dijo que le había parecido algo tétrico y que tenía cierta obsesión con la muerte; cosa que como toda una capricornio, admití mi gusto por escribir acerca de esta. Momentáneamente lo sentí de nuevo distante y desafortunadamente, ya no había más tiempo para convivir. Fue hasta ayer, tres días después, que nos volvimos a ver y aunque estuvimos bastante ocupados, creo que la pasamos bien. Sucedió lo mismo de siempre, su atención al preguntarme porque rio y esa especie de incomodidad cuando estamos solos
Todo esto me tiene más que confundida y un poco triste, pues hay momentos en que me hiso creer que aunque fuera un poco, le interesaba, pero hubo otros en los que me sentí todo lo contrario. Lo peor, es que ya no hay razones para volver a verlo; siento que fueron muy pocos días y al final, ayer se marcho sin siquiera decir adiós solo un escueto mensaje respecto a los resultados, que imagino, llego retrasado.
Por favor, me seria de gran ayuda saber sus opiniones, pues tengo solo un pretexto para volver a verlo al menos una última vez y la verdad tengo cierto recelo a su reacción.