Palabras del alma para una chica tauro de un acuario enamorado.....

Le envié un e'mail hace casi dos meses con esta carta anexa y aún no lo ha leido....
Me tiene totalmente confundido, qué creen que pensará cuando la lea???
La reproduzco aquí para quienes tengan la paciencia de leerla.....


CARTA PARA UNA PERSONA MUY ESPECIAL

(Los hechos, situaciones, argumentos y en general todo el contenido de la siguiente comunicación, es producto de la sola imaginación del autor, cualquier parecido con personajes o situaciones de la vida real es mera coincidencia).

Si eres la chica indicada, entonces esta carta va dirigida a tí. Coloca una música suave y agradable, relájate, léela despacio e interpreta su contenido desde tu corazón. Encontrarás en las palabras siguientes todo lo yo te diría si estuviese enamorado de ti.

A mi alma gemela, donde quiera que estés!

Querido amor,

Prometí escribirte esta carta para entregártela dentro de uno años más. Tal vez pensando en un momento más propicio que el actual, en el que el horizonte de nuestras respectivas vidas se vislumbrara con mayor claridad. Convencido de la fuerza y contundencia de mis sentimientos y de mis más profundos y honestos pensamientos respecto a ti, sé que ahora no es el momento más indicado para hacerlo. No obstante correré el riesgo, pues no quisiera llegar a morir sin poder expresarte este inmenso caudal de sensaciones que has provocado en mi ser, que me aprisionan y me quitan el aliento.

Seguro estoy, sin temor a equivocarme, que para mi infortunio, tengo frente a mí a una mujer única e inigualable, digna de amar, como la que nunca antes se presentó en mi vida y tal vez no vuelva a presentarse. Para mi infortunio porque no tengo la menor certeza de llegar a ser correspondido con la joya más preciada que para mí significaría TU AMOR.

Muchas son las barreras que hoy nos separan, por eso decido confiar en la voluntad de nuestro Creador, aunque a veces me pregunto por qué me coloca ante este tipo de situaciones o pruebas. He llegado a sentir que sólo nací para amarte y protegerte. A menudo siento que te amo desde tiempo indefinido, desde antes de mi vida misma. ¿Increíble? Sí. Ni yo mismo entiendo cómo puede alguien sentir algo así. Al menos nunca antes pensé o sentí nada semejante por nadie, y si así fue, no logro recordarlo, ni siquiera en alguna de mis más significativas, fogosas o tortuosas relaciones del pasado. No entiendo cómo con mis años, después de tanto navegar por los salvajes y caudalosos, aunque a veces apacibles ríos de mi vida, tardíamente nacen estos sentimientos que creí cancelados y agotados en mi corazón.

¿Por qué entonces esperar tanto para que leas estas palabras? Sólo quisiera demostrarte con hechos que no me he equivocado respecto a ti. Enseñarte el significado real de los sueños, de los proyectos de vida y de lo más importante: ¡la esperanza!, que de alguna manera espero haber logrado infundir en ti. Estos sentimientos a su vez me han estimulado sobremanera para continuar luchando hasta el fin de mis días, cada vez con más y más fuerza, permitiéndome ahora agradecer a Dios por la vida en lugar de quejarme, ya que esta clase de emociones me recuerdan que ESTOY VIVO y que es una verdadera bendición la vida por sí misma y no necesariamente un torrente de lamentos por tropiezos y derrotas que al final han de convertirse en grandes fortalezas que nos permitirán afrontar las pruebas venideras. Le he preguntado a Dios si esto que siento no es más que otro capricho de mi tonto y endurecido corazón. Creo que me observa en silencio y sonríe con picardía Él sabrá lo que está haciendo. ¡Yo no!

Alma de mi alma, eres infinitamente bella y femenina. Lo que irradia tu mirada y tu interior es de intensa pureza. De temprana y dulce madurez, de actitud calmada, cautelosa, de paso lento pero firme y seguro, coqueta; de hermosa, pícara y encantadora sonrisa; frágil en apariencia, pero recia y autosuficiente; de sobrada determinación y capacidad de lucha. Con una inagotable fuente capaz de desbordar amor del verdadero cuando así llegas a sentirlo. Posees cualidades inigualables e imprescindibles que amo en una mujer, que muchas damas envidiarían y que quizás ni tú misma te hayas percatado de ese inmenso tesoro que sólo a ti pertenece y que habrás de compartir con quien de veras lo merezca y a quien harás realmente dichoso.

La vida ha de haberte colocado en precoces y complejas situaciones, tal vez muy duras, para que hayas desarrollado esa capacidad de ser tan especial, sensitiva y diferente, que te pone por encima del común de tus congéneres. Adornada además con esa belleza tan exquisitamente femenina que deja entrever tu maravillosa luz interior.

Has superado con éxito todas y cada una de las pruebas a las que has sido sometida por la vida. Tal vez por eso a veces sientas que eres mayor en edad de lo que realmente representas. Esto te concede innumerables ventajas desde el punto de vista de tu crecimiento personal y practicidad -cualidad que te caracteriza- para enfrentar los retos de la vida diaria. Tienes una edad mental más avanzada que tu edad cronológica. Sólo mírate al espejo, desprovista de prejuicios, obsérvate como a una niña desconocida, pero con amor y sencillez. Te sorprenderá lo que puedes encontrar en ti misma. Tal vez así entiendas lo que me produce tu presencia.

¿Cómo puedo afirmar tales cosas?, ¿Cómo puedo estar tan seguro de eso?, si ni siquiera te he tocado; más aún, ni siquiera he llegado a conocerte en verdad. ¿Cómo pude enamorarme así? Es una sensación única e indescriptible, extremadamente placentera y llena de paz. Me lo dice el corazón, aunque la razón me advierte del riesgo que esto representa para mi salud emocional, riesgo que estoy dispuesto a asumir, ya que sólo se vive una vez.
Tus ojos me hablan y me dicen cosas. Cosas muy profundas y de alto contenido desde lo más íntimo de tu ser. Enloquezco en mi afán por descifrar lo que tratan de decirme las ventanas de tu alma. Sólo sé que ese mensaje, tan sutilmente expresado, desborda amor del puro. ¡Me confundes! Sí. Sé que tienes mucho amor para dar; pero también sé que no necesariamente será para mí. Me conformaría con sólo tenerte cerca y vivir con la adorable ilusión de que un día llegaras a corresponder mi amor.

He visto la madera con la que has sido tallada, muy hermosa y de inapreciable calidad. Tu vida futura se me dibuja con inexplicable claridad, como una hermosa película con grandes praderas y muchas flores de todas las especies divinamente perfumadas, en donde te desplazas descalza, libre y orgullosa como el viento, con un bellísimo y radiante vestido que engalana las exquisiteces de tu cuerpo y de tu ser, derrochando dicha y felicidad por tus merecidos logros, cosechados a lo largo de tu implacable paciencia y tesón, cobijada por un infinito cielo, totalmente despejado y azul, acompañada por la suave brisa que acaricia tu dulce piel con calidez.

Creo con absoluta certeza que sea cual fuere la meta que te propongas en la vida, lograrás alcanzarla. Por eso ¡sueña! Y sueña alto. Que el cielo sea el límite. Eres aún muy joven y tienes mucho que dar, puedes llegar a construir grandes cosas por ti misma. Te he imaginado algunos años mayor, te ves más bella, interesante y enigmática que hoy. Muchos hombres lamentarán haberte perdido, en vano tratarán de entender cómo fue que esa joya irremplazable que alguna vez tuvieron en sus manos y no supieron resguardar, ya no les pertenece. Ya quisiera ser yo el último hombre de tu lista y de tu vida. Poder como Arjona bendecir a todos los que estuvieron antes de mí, por haber contribuido de alguna manera a dotarte de esa madurez y sabiduría tan especial que hoy te permite elegir cómo y cuándo entregar tu amor, tu cuerpo y tu alma hasta dejar sin aliento al mejor de los amantes.

Créeme, no pensé volver a sentir mariposas en el estómago de nuevo. Tal vez envejecí sin percatarme de ello, ya había dejado esa maravillosa sensación para las nuevas generaciones. Sin embargo hoy agradezco a Dios el haberte colocado en mi camino. Me ha hecho reflexionar mucho acerca de mi existencia y sobre el porqué estoy aquí. Le pedí paz y me la concedió a través de tu rostro. Me has ayudado mucho sin saberlo. Sólo de pensar en ti, mis heridas han terminado de sanar y siento un inmenso deseo de volver a luchar, esta vez con más ahínco y afán por la batalla definitiva que ha de enrumbar para siempre mi vida. Ahora sé que no he perdido la capacidad de amar sin esperar nada a cambio. Creo que esa es la verdadera esencia del amor. Dar sin exigir, confiar sin recelar. Entender que lo que es tuyo te pertenece y te lo mereces, que tienes el mismo derecho de estar aquí que el resto de los seres vivos que habitan nuestro planeta y que no se pierde lo que nunca se ha tenido.

Quizás mis palabras te resulten algo cursi, estoy consciente de ello, pero aún así no me arrepentiré de haberlas escrito. Nunca antes había hecho nada parecido. Nadie antes de ti guarda una carta mía de amor. Recuerdo haber escrito una carta a mi madre, estando separado de ella por circunstancias de las cuales no quiero acordarme, cuando tenía como doce años, quien por cierto para entonces me aleccionó con relación al uso de nuestro idioma y direccionó favorablemente mi gusto por el lenguaje escrito. No obstante se me hace tan difícil expresar aquí mis sentimientos hacia ti.

Si al menos pudiera explicarte con palabras la maravillosa diversidad en cantidad y calidad de sensaciones que provocas en mí, tal vez lograras entender la solidez de mis pensamientos y lo que aquí trato de expresarte. Eres única y todo me encanta de ti. Tu sola presencia me transporta a un mundo de ensueños, de amor, de paz y de placer que enciende todas y cada una de las células y hormonas de mi cuerpo. El mínimo contacto o roce accidental de tu piel me produce una marea de explosiones sensitivas que me acercan a la gloria.

¿Cómo entonces ocultar emociones de tal magnitud? Confieso que me arrepiento ante Dios por las veces que aborrecí mi vida en los momentos en que la consideré triste y vacía, aquéllos en los cuales pensé que no valía la pena vivir. ¡Cuán equivocado estaba! Esta nueva experiencia, por tonta que a otros pueda parecer, tan íntimamente mía y que ahora comparto abiertamente contigo, la considero suficiente galardón como para agradecer al Creador el haber vivido sólo para llegar a sentir este maremoto tan intenso de emociones y deseos, y de ansias de vivir que sólo tú has logrado desencadenar.

Ahora que probablemente tengas una idea un poco más clara respecto de mis sentimientos hacia ti, quiero confesarte que tengo proposiciones muy serias que hacerte. Tan serias que me causan una mezcla de miedo y de placer desconcertantes. Pero para tu tranquilidad, debes saber que si bien una decisión favorable hacia mí lograría elevarme a la gloria; ¡nada!, ¡absolutamente nada! de lo que hagas, digas o decidas al contrario, haría que cambie mi concepto de ti ni los sentimientos que me produces.

Debes estar tranquila y sentirte en completa libertad de pensar y tomar la decisión que consideres correcta en su debido momento. Lo que siento por ti es algo en extremo difícil de expresar con palabras: agradable, dulce, relajante, placentero, que a nada te obliga y que por sí solos estos sentimientos llenan mi existencia. No puedo ni siquiera imaginar el colmo de la dicha que me produciría tu entrega.
Ahora prepárate a soñar junto a mí y abre tu corazón y tu mente, verás que con verdadero amor y tesón virtudes que te sobran- todo será posible

Te propongo construir sueños y hacerlos realidad.
Te propongo formar una familia y colmarla de amor del verdadero.
Te propongo crecer y luchar juntos por la vida.
Te propongo fidelidad con libertad.
Te propongo amar sin asfixiar.
Te propongo construir nuestro hogar con nuestras propias manos.
Te propongo escucharte y darte siempre un beso de buenas noches.
Te propongo libertad de pensamiento, decisión y respeto mutuo.
Te propongo buscar y encontrar la felicidad juntos.
Te propongo amarte sin medida.
Te propongo la entrega total del resto de mis días.
Te propongo enloquecer por ti y colmarte de dicha.
Te propongo mis sueños y mi vida misma

Es la mujer quien elige al hombre que la elegirá y si yo te elegí, tú me has elegido por destino (anónimo)

Te ama con toda su alma,
Tu media mitad.