No puedo darte soluciones para todos los problemas de la vida,
>ni tengo respuestas para tus dudas o temores,
>pero puedo escucharte y buscarlas junto a ti.
>
>No puedo cambiar tu pasado ni tu futuro.
>Pero cuando me necesites, estaré allí.
>
>No puedo evitar que tropieces.
>Solamente puedo ofrecerte mi mano
>para que te sujetes y no caigas.
>Tus alegrías, tu triunfo y tus éxitos no son míos.
>Pero disfruto sinceramente cuando te veo feliz.
>
>No juzgo las decisiones que tomas en la vida.
>Me limito a apoyarte, a estimularte y a ayudarte si me lo pides
>
>No puedo impedir que te alejes de mí.
>Pero sí puedo desearte lo mejor y esperar a que vuelvas.
>
>No puedo trazarte límites dentro de los cuales debas actuar,
> pero sí te ofrezco el espacio necesario para crecer.
>
>No puedo evitar tus sufrimientos cuando alguna pena
>te parte el corazón, pero puedo llorar contigo y
>recoger los pedazos para juntos armarlos de nuevo.
>
>No puedo decirte quién eres ni quién deberías ser.
>Solamente puedo quererte como eres y ser tu amigo.
>
>
>Sé que en algún lugar del mundo,
>existe una rosa única, distinta de todas las demás rosas,
>una cuya delicadeza, candor e inocencia,
>harán despertar de su letargo a mi alma y mi corazón.
>
>A esa rosa, donde quiera que esté,
>dedico mi vida, con la esperanza de hallarla algún día,
>o de dejarme hallar por ella.
PARA RICARDO