Todos los cáncer sabemos que nuestro astro regente es la luna y yo siempre he pensado que ella es la que nos da esa personalidad tan compleja y variable. La luna es es símbolo femenino por excelencia, representa a la Gran Madre y a la Diosa Triple, en sus facetas de Doncella ( virgen) Madre y Anciana ( muerte). La Diosa regía al mismo tiempo la vida y la muerte y, por extensión, la maternidad. Otorgaba la vida y la arrebataba. Era la patrona de las mujeres, de los poetas, de los locos y de los artistas. Como astro ejerce una influencia innegable en las mareas, en los partos, en la menstruación en las cosechas y en el carácter individual y colectivo de las personas.
Apuleyo nos presenta a la Gran Diosa de la siguiente manera:
Heme aquí do vengo conmovida por tus ruegos, ¡oh Lucio!; sepas que yo soy madre y natura de todas las cosas, señora de todos los elementos, principio y generación de los siglos, la mayor de los dioses y reina de todos los difuntos, primera y única gola de todos los dioses y diosas del cielo, que dispenso con mi poder y mando las alturas resplandecientes del cielo, y las aguas saludables de la mar, y los secretos lloros del infierno. A mí sola y una diosa honra y sacrifica todo el mundo, en muchas maneras de nombres. De aquí, los troyanos, que fueron los primeros que nacieron en el mundo, me llaman Pesinuntica, madre de los dioses. De aquí asimismo los atenienses, naturales y allí nacidos, me llaman Minerva cecrópea, y también los de Chipre, que moran cerca de la mar, me nombran Venus Pafia. Los arqueros y sagitarios de Creta, Diana. Los sicilianos de tres lenguas me llaman Proserpina. Los eleusinos, la diosa Ceres antigua. Otros me llaman Juno, otros Bellona, otros Hecates, otros Ranusia. Los etíopes, ilustrados de los hirvientes rayos del sol, cuando nace, y los arrios y egipcios, poderosos y sabios, donde nació toda la doctrina, cuando me honran y sacrifican con mis propios ritos y ceremonias, me llaman mi verdadero nombre, que es la reina Isis. Habiendo merced de tu desastrado caso y desdicha, vengo en persona a favorecerte y ayudarte; por eso deja ya estos lloros y lamentaciones; aparta de ti toda tristeza y fatiga, que ya por mi providencia es llegado el día saludable para ti."
Toda mujer es una representación terrenal de la Diosa, no importa su signo zodiacal, en ella siempre latirán las tres figuras- Doncella-Madre-Anciana, esperando el momento propicio para mostrarse.
En los que hemos nacido bajo signo de cáncer, la influencia de la luna es doble, con el tiempo, creo que logramos una coerta armonía interior pero para aquellos que no nos conocen bien somos más raros que un perro verde.
Cambiantes como las fases de la luna.
Intensos como las mareas.
Todo lo sentimos intensamente; nos regimos por el "yo siento" lo que nos hace ser demasiado emocionales y susceptibles.
Sentimos intensamente pero podemos ocultar como nadie nuestros sentimientos, por miedo a sufrir o por esa dualidad que yo reconozco tener y que no sé si a vosotras os pasa, que soy sentimental y fría al mismo tiempo.
Si un hombre o una mujer cáncer te abandona es porque no te amaba lo suficiente o porque el amor se agotó. La tenacidad es una característica de cáncer.
A las mujeres cáncer siempre se nos ve como madres pero muchas veces nos olvidamos que pocos signos tienen una necesidad tan imperiosa de expresarse, artisticamente, toda es materia emocional que yace bajo la fría y calmada superficie. Yo por lo menos no me conformo con un hogar y con ser madre( algún día lo seré). Necesito realizarme como persona, como mujer.
Nuestra vida puede parecer gris y aburrida, pero un verdadero cáncer siempre posee u munso interior tan rico y complejo que no creo que ni el visionario acuario sea capaz de imaginar. Si confía en ti, si te ama, si te aprecia, es probable que abra un poquito la puerta y te muestre un poco de ese interior. Pero no todo, yo por lo menos soy la típica cáncer que siempre he de guardar algo para mí. Dicen que a los cangrejos nos encantan los secretos y en mi caso se cumple. ¿ Y en el vuestro?
Besos