Ahí va eso

... es un extracto del texto de sextrología, en aquellas partes que me han parecido más serias.
Os lo envío porque describe en gran medida mi caso. Ya he aceptado mi problema con el capri que trastocó mi vida: yo no sería feliz como amante de un hombre casado, y lo sé, él tiene un hijo aun algo pequeño, y no podemos aguantar, si nos vemos, la atracción que sentimos el uno por el otro. Como es tan anticuado y siempre quiere hacerme ver que es un caballero de los de antes, el me dice también que nunca me ha pedido qeu fuera su amante. Asi que, mantenemos el contacto telefónico y por mail, por si pasan un par de años más y él entiende que ya ha llegado el momento tomar decisiones sobre su vida sentimental. Lo más posible es que nunca lo haga, pero yo le quiero de la única manera que sé, y si no ha de ser para mí, el tampoco tiene la culpa, e intento recordarlo para no tener desplantes feos con él, que, creo, solo me afearían a mí.

Y sobre las estrategias, chicas... sed vosotras mismas. Saber sobre ellos solo debe servirnos para entender un poco más sus reacciones y no sentirnos tan vacías cuando se alejan, pero deben enamorarse de nosotras para que haya sinceridad en la relación... y, al fin y al cabo, siempre hemos dicho que no soportan la mentira ¿no?

AHI VA ESE TEXTO:

De joven al hombre capricornio le atraen chicas y mujeres mayores que, aunque le lleven muchos años, constantemente se sorprenden y se sienten desafiadas por la naturaleza madura y adulta de este muchacho. Como ya es alto y tiene cara de preocupación desde la adolescencia, el varón cabra puede engañar, aunque en cierto modo busca que una mujer lo cuide, al capricornio típico no le hace falta que lo guíen ni que se ocupen de él. Es estable, está tranquilo y tiene confianza de lograr las ambiciones de su vida por su cuenta. Aunque le cueste admitirlo, LO QUE QUIERE ES LIGAR NO QUE LE CUIDEN.
Los compañeros del adolescente C. lo tildan de bicho raro y no llegan a comprender la complejidad de su eterna sensación de abatimiento; para empezar le preocupan tan poco las modas que parece fuera de lugar entre sus coetáneos, por lo que invita a que se burlen, tanto de eso como del hecho de que alcanza la pubertad bastante pronto no le preocupa demasiado lo que piensen los otros chicos , sin embargo lo hiere en lo más hondo que las chicas se rían de él, especialmente las cabecillas que fijan el tono de las demás. CAPRICORNIO SIENTE CON MUCHA MAS AGUDEZA LAS CRITICAS Y LOS JUICIOS. A decir verdad esa atención negativa encauza de manera equivocada los sentimientos sexuales que bullen dentro de él hacia el sexo opuesto; y aunque las chicas podrían estar en la misma situación hormonal el daño de rigor en el capricornio ya está hecho. De aquí en adelante se supone que la cabra, incluso aunque lo adulen hasta decir basta, se tomará todas esas lisonjas con calma porque ha desarrollado una alergia frente a todo lo que salga del grupito. Mientras tanto va donde está el amor capricornio se une a ninfas tímidas podría decirse que TIENDE A ASPIRAR A POCO, consecuencia de haberse sentido tan profundamente rechazado por las chicas realmente guapas que le gustaban.
Lo mas importante cuando se trata de sexo y relaciones es que el muchacho cabra NO AGUANTA LA COMPETITIVIDAD. JAMAS COMPITE. Aquí vemos el modo de funcionamiento por excelencia en el mundo del varón capricorniano. Empieza directamente por arriba, desde donde solo pueden descender y que la vida tenga un desenlace decepcionante. Sigue un esquema de cimas y valles, tanto en el trabajo como en las relaciones personales: en los vínculos amorosos nuevos, los amigos y la familia de la nueva pareja lo consideran un gran partido, le escuchan y lo respetan. Pero pronto cae en desgracia, por lo general solo porque muestra su lado humano-emocional, y al que lo veían como el tío más feliz del mundo les cuesta aceptar que es un ser melancólico. ESA ES OTRA DE LAS RAZONES POR LAS QUE LE GUSTAN LAS TIMIDAS Y MODESTAS, LAS GRANUJAS O LAS NOVIAS POR CORREO, para no tener que sufrir ninguna caída personal de ese tipo porque (sabe) es lo que suele pasarle y para no tener que enfrentarse al desprecio burlón de gente (piensa él que ellos piensan) mejor que él. A él le gusta sentirse como una estrella; es como un zar depuesto, que sigue practicando sus rutinas de la edad de oro imperial para los cortesanos-camareros. Su desafío es aspirar a lo más alto que pueda en el amor, sin conformarse con escenarios de segunda, pero a pesar de todo conservar el mismo estilo de vida tipo Lizze-faire con una mujer como corresponde, en cuerpo y alma, que el que le garantizaría la dócil hija del marajá de Francistán.
La seguridad puede ser una trampa que alimente la complacencia de nuestro hombre que, lamentablemente, considera las relaciones como una fuente de conveniencia primero, y de amor después. Quiere evitar en su vida adulta que le rompan el corazón como en su juventud. Además este viejo del zodiaco no quiere trabajar tan duro ni hacer concesiones en su forma de ser tan arraigada.
Capricornio se ahorraría mucha angustia emocional si se enfrentara a mujeres brillantes que suponen un desafío porque tienen claras sus expectativas (sí, incluso respecto a él) en lugar a buscar arreglos seguros, fáciles y convenientes, que por lo general son todo menos eso. Sin embargo, es como si este muchacho melancólico prefiriera tenerse lástima y vivir una vida de mediocridad emocional antes que cambiar un ápice o hacer una mínima concesión para estar con el tipo de mujer que le haga latir el corazón. Desgraciadamente, esa sensación sólo le recuerda que tiene algo frágil que podría romperse con mucha facilidad.
También hay una buena parte de población masculina capricorniana que suscribe la vieja creencia de que la mujer está para procrear y atender al hombre; por lo general, lo que acompaña este tipo de personalidad masculina es la estricta adhesión a una religión organizada.
Cuando este hombre encuentra un cónyuge dócil que se adapta a la estructura de una unión que capricornio fabrica a medida con el fin de satisfacer sus necesidades, detesta abandonarlo. Y como es un pragmático de lo más patológico en busca de un vínculo que sea una apuesta segura, puede casarse por dinero como si tal cosa. Considera práctico casarse bien y si la consecuencia es alguna forma de afecto o una especie de amor reservado, tanto mejor. Mientras tanto, esa guapura atrevida y encanto impecable le garantizan un lugar seguro en el corazón de su pareja, a pesar de su eterno desapego, casi siempre imposible de mencionar. Por tanto, cuando divisa ese paraíso de seguridad en una mujer, derrocha encanto y pone todo su entusiasmo en enamorarla perdidamente, de modo que ella antes de darse cuenta está organizando casa para dos, mientras el cae en ese estado de jubilación que es casi toda su vida. Casarse con un hombre capricornio es similar a traerse a un abuelo mayor que viene a quedarse . Para siempre, y no solo por el guardarropa que lleva consigo. En sus vínculos, capricornio espera obtener como beneficios que lo atiendan, y le otorguen la libertad y el respeto debidos a un anciano sabio con mucho mundo.
El signo de capricornio percibe el principio de estatus elevado como un derecho de nacimiento; los iguales se atraen y el hombre cabra se siente atraído por los ricos y poderosos, tanto en los tratos profesionales, como en la búsqueda de la pareja. A pesar de haberse educado en el lado equivocado, es diestro para encajar en el elegante medio social de Arcadia. Amor aparte, los arrebatos sexuales lo dejan frío y raramente son un factor determinante para la elección de una pareja. Elemento irónico porque pocos hombres experimentan como él un grado de impulsos libidinosos tan alto. Puede que los deseos eróticos le resulten de alguna manera un estorbo que inconscientemente procura someter.
Incluso cuando corteja, una mujer podría tener dificultades en percatarse de si el capricornio está interesado sexualmente o no. HACEN FALTA MUCHAS, MUCHISIMAS CITAS para que se atreva a insinuarse. Cuanto más deseo sexual siente este hombre mas intenta restringir el control que ejerce sobre él, la presión psicológica, por no mencionar la tensión física que continuamente crece y crece a punto de estallar. Sus sensaciones lo atormentan sin cesar. Con el paso del tiempo, la ironía se hace más aguda ya que el capricornio se abstiene de tener relaciones sexuales conforme sus tendencias más lascivas tienden a emerger. Cuando por fin se instala en el matrimonio con una pareja famosa por su mojigatería, tendrá que buscar otras salidas para sus deseos más procaces. Por supuesto que la solución ideal sería que formara una pareja estable con una mujer tan capacitada para ser madre de la abundancia de hijos que Papá-Cabra está acostumbrado a dar, como abierta y ansiosa para participar en todos los juegos sucios que a capricornio ni se le ocurriría sugerir a su mujer. Este es el error más trágico de esta tragedia del zodiaco; al ocultar partes tan grandes de sí mismo a su pareja, se encuentra empantanado de por vida con una mujer segura a la que puede regresar después de haber satisfecho esos deseos en otra parte.