Hoy mi querida Hermana Susa me ha participado de una excelente noticia ¡GRACIAS PADRE!, por lo que motivada por esta alegría comparto con uds. amigas/os del foro este escrito, que aclaro, no es de mi creación. Así que quien desee imprimirlo ¡aquí lo tienen!
"Hemos aprendido un modelo de perdón y reconciliación que deja mucho que desear. Si nos han hecho un daño con la palabra o acción, rara vez hablamos abiertamente sobre la herida o sufrimiento al respecto. Estamos acostumbrados a que cuando hay una gran pelea, los involucrados tienen un "corte", un período de silencio de horas, días, semanas, años o bien, para siempre. Cada uno esperando en silencio a que el otro haga el primer movimiento. Y si llega a haber reconciliación, difícilmente se habla sobre la herida y menos aún se pide perdón. ¿Qué sucede con todo el dolor del que no se habla?. Si bien es verdad que la mayoría quiere perdonar, no saben cómo pedir perdón, y menos aún cómo perdonarse a sí mismos, ya que para algunos es la tarea más difícil, bloqueando así la capacidad de perdonar a los demás. La existencia de tanta amargura y resentimiento en nuestras ciudades, hogares y dentro de nuestros propios corazones, hace que digamos y hagamos cosas llenas de odio. Nuestra capacidad de disfrutar de la vida se ve disminuida por la incapacidad o negación hacia el acto de reconciliación con las personas y con las heridas de la vida. Cuando hay una herida, tenemos que decidir qué hacer: Ignorarla y así posiblemente generar más dolor, o podemos manejarla de una manera cretiva y así contribuir a nuestro crecimiento como seres humanos. Definitivamente, el perdón no es un acto de sentimientos, es un acto de voluntad a través del cual dejamos ir el dolor para no llevarlo en el corazón. La determinación de perdonar es una determinación que debe repetirse en la mente una y otra vez para que tome lugar verdaderamente en el ser. Si no perdonamos y nos reconciliamos con las heridas de la vida, disminuiremos nuestra relación con el Creador (cualquiera que sea nuestra fé), con los demás y con nosotros mismos. Un corazón con rencores, evita la posibilidad de recibir el amor de la existencia y todo lo que estaba destinado para nosotros. Aquellos que están dedicados a sanar saben por experiencia, que el rencor bloquea el proceso de sanación. Igualmente con la pareja, si se guardan resentimientos, se bloqueará el flujo de amor y comunicación. El corazón amargo no es un corazón feliz. La amargura es destructiva para nuestra vida en el campo espiritual, mental, emocional y físico. El verdadero AMOR por sí mismo debería ser razón suficiente para motivarnos hacia el perdón y reconciliación con las heridas de la vida.
EL PROCESO DEL PERDÓN
La venganza o la decisión deliberada de no perdonar es el modo en el que habitualmente se comporta el mundo. Cuando oramos (de la manera que sea) pra recibir la gracia de perdonar y hacemos todo lo que podemos por lograrlo; dejamos ir la herida que nos han infringido, eligiendo desterrar el dolor en lugar de permitirle que nos domine y comande nuestra vida. La humildad para aceptar nuestra impotencia para perdonar heridas, nos lleva a pedir al Ser Supremo su ayuda para perdonar, reconciliar y aceptar que todos somos humanos imperfectos en el camino de la evolución. El perdón de una herida lleva tiempo y paciencia, pero en el momento que perdonas, sanas esa herida. Debemos estar listos y deseosos de orar y hablar sobre la herida una y otra vez, hasta que la carga emocional vaya disminuyendo, con el objeto de que pueda sanar y liberarse. Hay que reconocer que lo justo no está necesariamente de nuestro lado y todo lo malo del otro. Nadie tiene la verdad y cada uno habla según su punto de vista y posición, Comúnmente lastimamos a otros porque somos débiles y ciegos, no porque seamos malvados dedicados a dañar a los demás. Es muy importante el no concluir que no hemos perdonado a alguien sólo porque todavía nos sentimos dolidos y negativos sobre lo que ha sucedido. La intención y la evocación nos irán liberando poco a poco, pero si nos comportamos de manera negativa y agresiva, será una comprobación de que el perdón no ha tenido lugar. Hay veces que aunque se perdone una herida, no se logra reconciliar la relación. Quizá el otro no esté interesado, pero no importa, solamente hace falta una persona para perdonar, aunque dos para renconciliar. Recuerda que muchas veces la razón por la que tenemos dificultad de perdonar a otro es que resulta difícil perdonarse a sí mismo. Hay veces que es mejor acudir a un buen consejero a fin de que nos ayude a superar y dejar ir grandes heridas en nuestras vidas. Porque nos cuesta mucho trabajo tomarnos el tiempo para nombrar, reconocer y expresar cualquier herida o malestar; sobre todo la ira, depresión, odio y celos.
EJERCICIOS PARA EXPRESAR NUESTROS SENTIMIENTOS Y SANAR LAS EMOCIONES
Expresar nuestros sentimientos se puede lograr de diferentes maneras. Podemos escribir lo ocurrido junto a todos los sentimientos adjuntos, o podemos hablar del asunto con un amigo en quien confiemos. O bien, podemos imaginar a la otra persona frente a nosotros y decirle todo lo que pensamos y sentimos, mientras... golpea con una raqueta, bat o palo sobre cojines, almohadas o una cama. (este ejercicio es especialmente efectivo) Deja que surjan el llanto, el dolor, la ira, dile todo lo que siempre quisiste expresar y no podías. ahora que ya te sientes liberado con el anterior ejercicio que deberás repetir cuantas veces haga falta, ahora puedes empezar a pedir la gracia a través de una plegaria, para obtener el deseo de perdonar.
Ejemplo 1)
Creador absoluto (en el cual creas), te pido que pongas en mi corazón el deseo de perdonar a (nombre), bríndame el deseo de cooperar con tu gracia para poder transformar mi corazón y liberarme de estos sentimientos que no me agradan.
Ejemplo 2)
Pones frenta a tí a la persona con la que has tenido el conflicto, la observas detenidamente y sientes que su pelo es tu pelo, sus ojos son tus ojos, sus poros son tus poros, etc. así con cada parte de su ser. Es importante el no meter crítica ni juicio, hazlo con total aceptación del otro. Siente que se vuelven uno, bañados en luz, despídete de él, y velo partir en paz."
