En realidad, ningún signo zodiacal posee más que el otro el privilegio de saber pedir perdón. A nadie le gusta tener que hacerlo y muy pocas personas poseen esa virtud. El arrepentimiento es un acto muy humano, pero requiere humildad y también grandeza.
Todos necesitamos ser queridos, sentirnos aceptados y si cometer un agravio de la índole que sea nos distancia de la gente que queremos, siempre tenemos la posibilidad de pedir nuestras disculpas.
Es una necesidad, también un reconocimiento de nuestros límites, de nuestros deberes y derechos. Sin embargo, la influencia de los astros es determinante de la actitud que asumamos. Para muchos será un acto honesto y sincero, para otros, solo una cuestión de estrategia. Cuando alguien hiere nuestro orgullo, aguardamos las disculpas del caso, pero la espera a veces resulta en vano, a continuación sabremos a que atenernos según el signo que quien nos haya ofendido.
Aries. Rara vez pide disculpas
Difícilmente un ariano pide perdón. Quiere imponer su voluntad, cueste lo que cueste. Tiende a confrontar sus ideas sin medir las consecuencias. Su arrepentimiento, de llegar a producirse, se manifiesta en actos concretos, chistes cariñosos, se comporta más afectuosamente que lo usual y demuestra buena predisposición frente a quien, minutos antes, ha agraviado. ¿Qué lo impulsa a retractarse? Un sentido innato de la justicia.
Tauro. Sólo a un familiar
A un toro le escucharás pedir perdón si tienes suerte. Rehuye de semejante actitud por considerarla inútil. Rara vez se arrepiente de las medidas que toma aunque puedan afectar a un tercero. Da prioridad a sus propias necesidades y es demasiado orgulloso como para ponerse en el lugar del agraviado. Prefiere el silencio si está dolido por lo que hizo hasta pasar el mal rato. ¿Qué lo haría pedir perdón? Herir a un ser muy querido.
Géminis. Todo el tiempo... si le conviene
El gemelo es un gran egoísta, más por conveniencia que por remordimiento de conciencia ofrecerá sus disculpas si alguien se siente molesto con él. Le gusta que lo escuchen, ser el centro de atención y si solicitar disculpas le sirve para lograrlo, entonces las pedirá. Pero como son grandes simuladores, no habrá que creer demasiado en el arrepentimiento y sí en su falta de contenido. ¿Cuándo pide perdón de verdad? Si comete un grave error.
Cáncer. Sólo por amor
El canceriano detesta pedir perdón. Es por demás orgulloso. Cada dos por tres sería preciso que lo hiciera debido a su conducta confusa, ciclotímica y cambiante, similar a la del cangrejo que da dos pasos hacia atrás y luego uno hacia el costado desorientando a los demás acerca de cuáles son los móviles que lo guían. ¿Qué único motivo lo puede llevar a pedir disculpas? Si de ello depende la relación con sus hijos, padres o pareja.
Leo. Para ser admirado
Al no refrenar sus impulsos y ser directo en el hablar, más de un desencuentro tendrá el león con amigos, compañeros de trabajo y su familia. Nada grave, a pesar de lo provocativo de su comportamiento. Pero si se encuentra exacerbado el ímpetu de hacer su voluntad, se encontrará en aprietos, debiendo pedir perdón por sus despropósitos. ¿Bajo que circunstancia pedirá disculpas? Para no sentirse incomprendido ni perder admiradores.
Virgo. Para evitar una pelea
Este nativo posee la habilidad de ser mentiroso, de disimular sin que se le note, de hacer alarde de una seguridad que carece. Es meticuloso y perfeccionista, tiene un ojo especial para detectar errores y defectos pero detesta cualquier clase de confrontación. Al ser criticón y no callar su opinión, genera disgustos y enojos en los más susceptibles. Pero si se da cuenta que sus críticas resultan intolerables, cederá con su silencio, distancia y reserva.
Libra. Con lágrimas en los ojos
Libra necesita estar en armonía con sus amigos, mantener el equilibrio en sus relaciones, resolver los conflictos que se susciten a su alrededor. Es tolerante, flexible, comprensivo, dependiente de la aceptación y la opinión de los otros. No resiste enfrentamientos de ninguna índole. Es difícil que se vea obligado a pedir perdón porque su conducta es siempre conciliadora. Pero de verse obligado, es posible que lo haga con lágrimas en los ojos.
Escorpión. Imposible que se retracte
Un escorpión es demasiado orgulloso, confía desmedidamente en su poder. Esta actitud puede ocasionar disidencias, heridas y rechazos. Todo depende de cuánto esté dispuesto a ceder. Cualquier suceso que lo haga sentirse en peligro y perder seguridad genera en él, ya no la necesidad del perdón, sino un enojo ¿Ante qué circunstancias resulta conciliador? Sólo si siente desgarrar su corazón, algo que jamás demostrará tampoco.
Sagitario. Disculpas serias
Sagitario quiere salirse con la suya. Tiende a cuestionar a quienes lo rodean, a rebelarse frente al orden impuesto. Es egoísta, soberbio, impaciente, atropellador, muy apasionado. Quiere hacer uso de su libertad y lastima sin querer a quienes desconocen su compromiso a medias con todo y con todos. Por su sinceridad resulta cruel y hiere más de lo que se imagina. Pero si reconoce esta falta, al menos por un instante, se sensibiliza y pide perdón.
Capricornio. Un perdón interesado
La cabra es capaz de fingir, si es necesario, con tal de lograr sus ambiciones. Tiende a la falsedad, puede mimetizarse con el medio como un camaleón. Es difícil que se conmueva, que sienta lástima o piedad, lo que refuerza su indiferencia ante las molestias que puedan sufrir los otros debido a su conducta. Jamás pide perdón, salvo por cuestiones prácticas. Depende del beneficio que eso le rinda, cuando tema perder algo o a alguien que quiere.
Acuario. Perdón por compromiso
Si hay un nativo al que le urge mantener buenas relaciones con el resto de la gente, ese es el aguador. Y es dueño de las mejores y más astutas estrategias para lograrlo y estar en paz con todos. Pero hay algo más fuerte que él, que motiva enojos y heridas, es su egoísmo y su desinterés por compromisos humanos profundos, pudiendo lastimar a más de un corazón. La infidelidad es una tentación, pero no motivo de perdón, sí de deslealtad.
Piscis. Disculpa de corazón
El pez presta incondicionalmente su servicio... hasta que descubre que el otro no es tal como se lo imaginaba y entonces sufre una decepción. Es incapaz de herir a alguien en forma consciente. No le cuesta en absoluto pedir disculpas y lo hace, de considerarlo necesario. Pero prefiere las miradas tiernas y los gestos amables, antes que expresarlo en palabras ¿Por qué pide perdón? Por no entregarse lo suficiente a quien lo merece. (elsacrificio.cl)
El Nuevo Diario (c) 2004