Como lo han leido...
El uso de la lengua en todos sus sentidos, no es una enfermedad. Y creo que con esta frase voy limpiado telarañas o dandole una cucharadita de laxante topanguero a muchos. Hay que hablar, no fiarse tanto en mensajes de texto o emails, es necesario intercambiar sonidos, gestos, inflexiones. Las paraulas dá amor, son para ser escuchadas en primera y unica instancia, leerlas es por default, pero no son su medio idoneo.
Sin embargo, a mas de uno les cuesta este acercamiento. Es por ello, porque les llevo conmigo a cada rato y me provoca compartir con ustedes lo que se, les dejo esta historia de Artemio Estrella... Y un pensamiento de la Topanga: Si la lengua no habla pues entonces que lo haga el cuerpo.
"Hay maneras muy sutiles y elegantes de mostrarse erótico. Me vino a la memoria un evento que improvisé en una ocasión, fue en una fiesta que organizamos algunos amigos y amigas, había una chica que me gustaba pero era algo mayor que yo y temía que no me fuera a hacer caso, el asunto estuvo así:
Estábamos varios amigos sentados en una salita con mesa al centro, la chica que me gustaba se encontraba sentada frente a mí. De rato, todos se levantaron a bailar y yo me quede solo con la chica. Entre charla y charla, ella se preparó una bebida (brandy, soda, agua mineral y un poco de limón)
Mmm, nunca había visto una combinación así en una bebida, ¿es invento tuyo? claro que si había visto esa preparación, pero eso no importaba
¡Claro que no! si se te antoja te preparo una me contestó
Sin decir palabra, tomé el vaso de ella, lo miré detenidamente (logrando que la mirada de ella estuviese expectante hacía el vaso); alcé la mirada repentinamente, ahora clavándome en sus ojos (pausa); le pregunté, con voz suave pero segura
¿me permites?
Sí respondió, muy expectante
Acerqué el vaso a mi nariz, cerré los ojos, aspiré profundamente (esto tiene que ser notorio, que se ensanche el pecho) haciendo círculos con la nariz alrededor del vaso y sin mover el vaso. Después bebí del vaso, un sorbo pequeño (aún con los ojos cerrados). Separé el vaso de mi boca y repentinamente levanto la mirada, otra vez directo a a sus ojos.
¡que rico!
¡gracias me contestó algo apenada (avergonzada en español), pero con una ligera sonrisa
Para romper, cambié de actitud, me paré y le dije qué tal si bailamos. Estuvimos bailando un poco, después charla nuevamente, baile otra vez.
Lo genial del asunto, viene cuando ya todos nos estábamos despidiendo; salimos juntos y ella se recargó en el cofre de uno de los autos estacionados, en una pose muy sensual, me acerque a ella pero no entendí el mensaje (que bobo), hasta que ella me dijo te permito.
Atrevan a atreverse,
Topanga