Él géminis; ella capricornio (parte one)

Cuando pienso en una relación con dos protagonístas tan dispares, lo primero que se me viene a la mente es la imagen del yin y el yang. No porque uno sea blanco y el otro negro, sino porque son dos realidades aparentemente opuestas bajo el mísmo símbolo. Y unídos vienen a representar una filosofía, una manera de vivir...
Si, reconozco que pueden surgír preguntas para intentar desmontar ésa imagen idílica de mi cabeza, al igual que reconozco que hay que profundizar mucho para entender el concepto. Pero armonizarse uno con los senderos del taoísmo no es nada sencillo. Eso si, el resultado en caso de éxito no conoce parangón personal-espiritual...

Mercurio gira a velocidades de vértigo alrededor de la luz y el calor del sol. Si hubiera más de un sol en nuestro sistema solar, se las arreglaría para girar alrededor de todos los soles que hubiera. La verdadera luz y calor para mercurio son el conocimiento; lo desconocído. Y después transmitírlo. O ser el nexo entre el conocimiento y el resto de seres. Por éso no me resulta extraño que esté ahí colocado, el primerito, entre el sol y el resto de planetas. -"Yo quiero ser el primero y contároslo"-.
Saturno, pues tiene una órbita mayor. Bastante más alejado del sol, oberva desde su posición tanto a los que están delante, calentítos, alegres y contentos por el calor que les llega del sol, como a los que tiene detrás, fríos y misteriosos. Pero no por éso menos contentos.
El brillo no es suficiente para encandilar a éste planeta. Su paso es más lento que el de sus compañeros de clase que tiene delante, y a su vez observa de reojo qué susurran los de las últimas filas. Ésto le da una sensatez, un realísmo, que a veces les falta a otros. -"Yo escucho y observo primero"-

Es difícil que coincídan más de un rato juntos. Sobre todo debído a las alas de él. Pero si coincíden más de lo prudencial, tened por seguro que algún asunto referente a vidas pasadas hay entre éstos dos jajaja. Ya sea para "bien" o para "mal".
Él la observa. Ojo, que no la mira, si no que la observa. -"Qué callada es. Algo esconde"-
Ella ni se lo ha propuesto, porque no es que no sea callada, si no que no desperdicia energias inútilmente jajaja. Y como al pájaro de mercurio se le ha ocurrído pensar qué esconderá, pues él solíto se ha puesto la trampa. Ésto es muy típico de los géminis. A veces lo llaman curiosidad...

Ella alomejor le lleva observando desde la lejanía bastante tiempo, o no. Alomejor coincidieron de repente.
Lo que si es cierto es que ella lo tratará como a uno más (al principio). No va a montar escenítas emocionales ni va a dejar que el incómodo lenguaje corporal involuntario la delate. Él la sigue observando, al detalle, y no encuentra ni un mínimo detalle que le haga creer que ella puede querer algo con él. Otra cosa es lo que ella quiera de verdad.
Y mientras se observan, se han hecho de repente amigos.
Los dos hablan de todo tipo de cosas. Él, más rápido y en mayores cantidades, y ella, más sosegada, menos cantidad, pero con contenídos más analizados.
Y mientras tanto, se siguen observando. A ella le observa el otro gemelo. Y a él le observa ella porque es mujer y puede hacer dos cosas a la vez jajaja.
Disfrutan en compañía, pero él a veces tiene la sensación de sentírse como una mosca cojonera que gira alrededor de alguien que se inmuta poco. Ella, tiene paciencia para repartir, asique de momento le importa poco que él orbite alrededor de ella. -"Ahora mercurio orbita sólo alrededor mía buajajaja"-
Y siguen hablando, más él que ella, aunque ella puede preguntar por ejemplo:
-Bueno, y qué haces en la vida?-
-Lo mísmo que tú, vivir.-
(Ella esperaba no sé, una respuesta más concreta, como estudiar, trabajar, tocarse la barriga, etc)
Y lo vuelve a intentar:
-Y a qué te dedícas?-
-Ocupo mi tiempo en las cosas que me preocupan y en las que me divierten.-
(La cara de ella es un poema, hasta que entiende de qué pasta está hecha él)
Pero lo que ella no sabe es que él disfruta dando a veces respuestas asi. Respuestas absurdas para el resto de los mortales, pero que él considera a la altura del intelecto de ella, porque las considera respuestas inteligentes, y a ella la considera inteligente (si no, no estaría paseando con ella).
Pero cuando él ve que no ha habído un feedback en la expresión facial de ella, surge la duda...
-Y mi público? Dónde está mi público?-
Es que hablar y decir cosas raras a veces es un arte jajaja y él se autoconsidera el protagonista de la obra.
Y entra en unos segundos de meditación. Aprender del error y buscar otras alternatívas.
Amigo, es que a ella no le impresionan los sonetos...
Sin embargo, a ella le ha impresionado su facilidad de verborrea. No hasta el punto de enamorarla, pero si de decir que con éste no se va a aburrir jajaja. Pero la cabra no le va a decír que le ha hecho incluso hasta gracia, una vez lo haya entendído.

Pero claro, de curiosidad no se puede vivir, al igual que no se puede vivir del aire ni del amor solamente, asique pronto ella se da cuenta que él tiene una vida un tanto ajetreada, y que él tiene que cumplir con todo el mundo.
Vaya toalla, primer punto posíble de inflexión. -"Por qué tienes que dedicarle tiempo a fulano y a mengano, si no te llaman desde hace meses?"- Pero dícho de manera natural por supuesto, sin escenas raras.
-Pues porque hace tiempo que no les veo.-
Y él entonces piensa en milésimas de segundo para sí mísmo:
" A ver, si llevo toda la semana llamandote yo primero y escribiéndote mensajes, y tú me hablas educadamente pero siempre tengo que ir a buscarte, y encíma no entras en mi juego del coqueteo verbal fácil, qué quieres?"
Porque se ha percatado de que algo no cuadra jajaja. Pero no lo díce y contesta otra cosa:
Entiende que son buenos amigos. Te prometo que el próximo fin de semana será sólo para ti.
Ella no parece estar muy conforme pero pasa por el aro.
Cuando dejan de hablar, una lucecíta se enciende en la cabeza de él:
"Por qué se ha molestado? Tal vez puede ser porque no la voy a ver. Éso significa que hay algo dentro de ella... buajajajaja"
Él solíto se lo guisa y se lo come. Y ya coge fuerzas de nuevo para volverla a llamar:
-Y si te veo un rato antes de ver a mis amigos? Asi te vería un rato aunque poco.-
-Bueno, no sé, vale.- Con su naturalidad característica, como si quisiera hacerle ver que no pasa nada si no le ve.