Agneta
Aunque no sabiendo muchos pormenores de todo lo que eventualmente le has dicho de pesado a ese libra, casi soy capaz de escucharte.
Estuve con una cáncer por algunos años y termine con ella por los motivos que hacen tu amigo alejarse así de ti.
Sin entrar en pormenores, el hecho es que ella era excesiva en todo y en lo que respecta a la posesividad y a los celos, pasó todos los límites.
Si me miraban en la calle o en la disco, el café, donde sea, o si escuchaba o creía escuchar algún comentario sobre mí, se ponía rara, iba allá y interpelaba las chicas. Eso me dejaba mal por todos los motivos, además soy discreto, me daba vergüenza y en esos momentos no la suportaba.
Luego de verme enojado demás intentaba los argumentos del afecto. Luego los de la seducción. Eso resulto aparentemente por algún tiempo, pero no podía resultar para siempre todo el tiempo, porque además de ser orgulloso, aunque no soy exactamente rencoroso, de verdad las cosas me quedan pegadas a la memoria y se hace difícil no juntar todo a cada vez que pasa lo mismo. Y estaba pasando siempre lo mismo. Celos enfermizos, posesividad, recriminaciones por lo que hacía o no hacía, inventaba motivos, buscaba en mi ropa, por todo lado, señales de cosas que no existían ni tenían porque existir.
Eso me canso. Poco a poco fui distanciándome. Volviéndome híper reservado. Evitando lo más posible quedar mucho con ella en casa. Termine rechazándola sexualmente y eso, en un libra, dice todo porque la sexualidad para nosotros, o para mí, no existe separada de la empatía, de la comunión interior y mismo siendo una mujer atractiva, eso no me bastaba. Me desencanto.
Los tiempos buenos ya no eran suficientemente fuertes para mí para que pudiesen pesar más para ese lado de la balanza.
La deje a los 26, después de 11 años juntos y aunque no fue fácil porque si estoy con alguien es porque acredito en esa relación, la verdad es que mató lo que me hacia quedar y hasta hoy nunca me arrepentí, ni acepte sus insistencias en por lo menos hablar por lo que nos ha unido.
No quiero con esto decir que contigo y tu amigo pase igual. Pero te cuento de mi para explicarte que celar excesivamente, absorber sin freno, recriminar un libra no es buena opción. No porque somos perfectos, pero porque hay siempre alguna carga de agresividad en todo eso. Además acreditamos que la comunicación es más que solamente juntar palabras, eso se hace con respecto por las diferencias de cada uno y créeme que somos capaces de vivir muy bien (manejandolo) con cosas que nos molestarían en circunstancias normales, si simplemente la otra parte les confiere alguna coherencia, explicándolo.
Si ese libra es un poco como yo, siendo cierto que se siente mal así como están, aun se sentirá peor si le hablas de cariño o de algo que el aprecio, que fue importante para el mientras estaban juntos.
La amistad es importante para nosotros Agneta. No creas que el olvido.
No se que le has dicho a ese libra para dejarlo así y pienso que todos habíamos de tener alguna cultura de responsabilidad y no pensar que podemos ir lastimando las personas que luego con una conversa pasa todo, porque no pasa así no.
Pienso que en ese caso, menos palabras es mejor que muchas. Y no es porque palabras se las lleva el viento (a un libra el viento las aporta) pero porque ya hube demasiadas palabras sin sentido.
El no te hablara porque tu decides que uno no puede ser practico con las personas que uno quiere, mientras tu has tenido una actitud diferente con el y has podido herirlo porque has querido.
Si tragas un poco tu orgullo y lo miras con calma uno de esos días, basta decirle "discúlpame" y te vas.
Si eres sincera (y lo que le has dicho puede ser contornado), el no resiste, se quedara pensando y no necesitas otros argumentos para que el mismo días después pueda tomar la iniciativa de buscarte para hablar. Inténtalo. Y déjalo a el venir a ti.