Las mujeres cáncer no tenemos una "personalidad" como el sentido que se le da a la palabra personalidad en el dicho popular "carecer de personalidad"..
La personalidad de una cáncer no es, por tanto, demandante, mandamás, egoísta, chillona, histérica, inestable.
Nuestra personalidad, en cambio, es arrolladora, empática, formal, constante y magnética.
Arrolladora debido a que desarrollamos fácilmente una inteligencia emocional basada en la sabiduría milenaria
y en el buen hacer de nuestros ancestros.
Empática porque pensamos en los demás. No discutimos. No nos peleamos. Somos capaces de crear fuertes lazos con el entorno, incluso con personas que acabamos de conocer. Formal porque ideamos y propagamos instituciones formales a la antigua usanza: "pareja", "familia" y, por extensión "sociedad".
Constante porque tenemos una enorme capacidad de sacrificio.
Magnética porque, como signos de agua, irradiamos un magnetismo mágico que produce atracción
en los demás signos.