La unión de estos dos signos de agua tan magnéticos, tan misteriosos y apasionados, puede ser intensísima, magiquísima y totalmente radical. Entre ellos nada es superficial y frívolo. Al contrario, todo es profundo y para siempre. Desde el primer momento se sentirán atrapados en el juego de las miradas. Por fin, descubrirán que existe un se humano capaz de soportarle la mirada y devolvérsela con la misma intensidad. Aman de una forma tan intensa que en su primer encuentro sexual puede que tengan que avisar a los bomberos para que apaguen las llamaradas de la pasión. Viven el amor como si en ello se les fuera la vida. Les gusta experimentar, ir más allá de lo aconsejado, transgredir normas, bajar a los avernos y subir al cielo, y morir en cada orgasmo, trayendo consigo una experiencia única e irrepetible que los asusta y atemoriza, pero los purifica y regenera a la vez.
(Otro Escorpio, su igual, ningún otro)
Esperanza Gracia.