Si una persona, en cualquier parte de nuestro mundo, realiza el viaje astral de forma consciente, como lo hago yo, parte por ejemplo, de Mallorca mismo, o de la otra parte de nuestro mundo, por ejemplo, de alguna isla de Nueva Zelanda, o de Madagascar, o de México, tendremos cuatro puntos de partida hacia arriba, o lo que llamamos cielo, formando una cruz doble, convertiremos teóricamente a nuestro mundo en el centro del Universo, pero si en lugar de partir de nuestro mundo Tierra, lo hacemos desde la Luna, Marte, el Sol, etc. también será, en teoría, el centro, y si nuestro viaje astral es siempre en línea recta, aunque la línea recta se curve, según dijo Albert Einstein, tendremos una idea clara y una experiencia inolvidable de la eternidad del Universo, o sea, que no tiene límites, ya que si la línea recta se curva, tendremos círculos cuyo centro está en todas partes, y veremos, en Espíritu, no ya millones o billones de mundos, sino un número infinito, y todos habitados, todos tienen vida, muchas diferentes clases de vida, claro está. Hay millones de mundos como el nuestro. Otros más atrasados o primitivos, otros más adelantados, me refiero a las dos formas, la del mundo o planeta en sí mismo, y la de sus criaturas vivientes. Describir, pues, los mundos como el nuestro, o más atrasados, no es necesario, ya tenemos idea en nuestro propio mundo, pero sí que trataré de dar un poco de idea de los mundos que avanzan más. Uno se queda sorprendido al ver que hay mundos en los que sus habitantes viven en una autentica comunidad, desconocen por completo fronteras, gobiernos, ejércitos, religiones, etc. y sus casas se parecen a un gran museo de cristal. Individuos altos y muy hermosos, pero muy bajitos en otros mundos, por la sencilla razón de la dimensión del mundo que habitan, y el sol que les da vida; pero encontramos mundos muy avanzados, o sea, muy evolucionados, la materia ya cuenta muy poco, son como dioses, y habitan mundos de forma simbólica, como por ejemplo, la Luna, Marte, etc. pero lo más curioso de todo es que en nuestro mismo mundo, como en todos los mundos, están presente seres invisibles al ojo humano, formando así como un mundo astral muy cerca de nosotros. En los mundos que he visitado he pedido nombre de cosas, pero es muy difícil recordarlos al regresar al cuerpo físico. He visto ciudades muy diferentes a las de nuestro mundo; ciudades cuadradas y también en forma de círculo, sin calles, con edificios muy bajos, y tanto sus habitantes, como yo mismo, podemos pasar a través de dichos edificio. Hay mundos ya imposibles de describir, por ahora, por ser altamente espirituales, o sea, habitados por los hermanos mayores; en esto me callo, ya que no serviría de mucho su descripción a la mayoría de los seres humanos de nuestro mundo Tierra que aún no han abierto su ojo espiritual. Con este mensaje, yo aconsejo a los seres humanos de nuestro mundo que quieren avanzar, evolucionar de verdad, que empiecen por vivir una vida sana de cuerpo y espíritu, y que por las noches traten de viajar un poco en el astral; no es difícil si se limpia la mente de ideas negativas y se vive la vida sin ensuciarla; además, con el viaje astral se entra en el verdadero templo de Dios, el Universo infinito, y se empieza a comprender con gran claridad lo que quiere decir la palabra Dios.