Los padres de San Antonio eran muy ricos y querían ver a su hijo como distinguido hombre de sociedad. Él, en cambio, quería ser pobre por amor de Cristo y por eso se hizo franciscano.
Antonio era un gran predicador. Lo mandaron como misionero por numerosas ciudades por Italia y Francia. Convirtió a muchos pecadores, sobre todo con su buen ejemplo. Cuentan que mientras oraba en su habitación se le apareció Jesús, le puso las manitas al cuello y lo besó. Antonio recibió esta gracia extraordinaria porque mantuvo su alma limpia, incluso del más mínimo pecado, y amaba mucho a Jesús.
Cuando Antonio enfermó se retiró a un monasterio en las afueras de Padua, donde murió a la edad de 36 años, el 13 de Junio de 1 231.
Treinta y dos años después sus restos fueron trasladados a Padua. La lengua se conservaba íntegra, sin haberse corrompido mientras que el cuerpo estaba aniquilado.
Sucedieron muchos milagros después de su muerte. Aun hoy día le llaman el Santo de los milagros. Su fiesta se celebra el 13 de junio, en conmemoración de su muerte.
El entusiasmo popular ha hecho que San Antonio, más que otros, sea universalmente reconocido por los fieles de todo el mundo. "Santo Universal" le llaman. Durante los siete siglos ya transcurridos desde su muerte, millones de personas se han sentido atraídas a este gran "Franciscano Milagroso".
Fue otro franciscano, San Buenaventura, quien dijo: "Acude con confianza a Antonio, que hace milagros, y el te conseguirá lo que buscas."
La tumba del santo está en la basílica que lleva su nombre, en la localidad italiana de Padua, que visitan anualmente unos cinco millones de devotos. El crecimiento de la devoción al santo llevó a los franciscanos, la orden a la que pertenecía, a llevar por todo el mundo algunas de sus reliquias.
A San Antonio de Padua se le atribuye una gran capacidad de interceder ante Dios para que obre milagros. De hecho, en los primeros meses posteriores a su muerte, ocurrida en 1 231, la Iglesia le adjudicó a su poder de intercesión muchas acciones milagrosas. Lo que le valió su canonización en tiempo récord: un año.
ORACION A SAN ANTONIO DE PADUA
Glorioso San Antonio, intercesor poderosísimo, te ruego que tomes bajo tu paternal cuidado mi alma, mi cuerpo, mi vida y todas mis cosas, bien seguro de que nada podrá dañarme en este mundo, y de que todo me saldrá bien bajo tu vigilancia.
Recomienda mis necesidades y manifiesta mis miserias al Padre de las misericordias y Dios de todo consuelo, para que por tus méritos se digne confortarme en su santo servicio, consolarme en mis aflicciones, librarme de todos m is males pasados, presente y futuros y darme fuerza para sobrellevar con resignación todos mis trabajos. Estas gracias te pido, no sólo para mí, sino también para todos los que las necesiten. Así sea.