Reflexión ciencia y fe

Autor Amorde, webmaster de http://groups.msn.com/enbuscadelaluz


CIENCIA Y FE



A)REFLEXIÓN HISTÓRICA:

1.La ciencia y la fe en el mundo antiguo:

En la mayoría de civilizaciones la ciencia ha ido siempre unida a la fe.

En las tribus que hoy decimos que viven en un "estado primitivo", generalmente hay la figura de un indígena (en muchas ocasiones, el anciano de la tribu) que reúne en sí las funciones de jefe espiritual y científico. Ese "brujo" o "hechicero" es quien posee la capacidad de conectarse y relacionarse con los espíritus (fe), y de curar y guiar al pueblo (ciencia, experiencia, saber).

En los orígenes de nuestra civilización, también fe y ciencia iban unidas de la mano.

En Egipto, ambas estaban en poder de los sacerdotes. Al parecer, el egoísmo de estos al querer conservarlas en secreto para dominar al pueblo ocasionó la decadencia de una civilización asombrosa.

En Grecia, los filósofos empezaron a desarrollar el saber científico. Muchos de ellos dentro del contexto religioso y mítico en el cual vivían (Pitágoras, Empédocles, Platón). Otros empezaron a marcar el camino de su futura división (Aristóteles). Empezaba a tomarse como criterio que la ciencia tan sólo podía nacer de lo observable exteriormente.

Aunque los romanos conquistaron el mundo antiguo, recibieron las influencias de todas las creencias y saberes de los países que conquistaron (Egipto, Grecia, Judea, cristianismo). A pesar de intentar imponer su modo de vida, Roma fue absorbiendo como una esponja todos los cultos y ciencias que finalmente sobrevivieron al imperio.

Ante tal diversidad de maneras de pensar, Roma intentó salvar su progresiva disgregación con una unidad religiosa: proclamando al cristianismo, que empezaba a tener mayor y mayor fuerza, como religión oficial.

2.El dominio de la iglesia católica:

Durante la Edad Media, la iglesia católica vio incrementado y afianzado su poder. Interpretaron la ciencia antigua en beneficio propio, y rechazaron cualquier innovación filosófica o científica que pudiera poner en peligro su dominio (otras religiones, "herejías", librepensadores).

Ante cualquier planteamiento lógico que pudiera hacer tambalear los cimientos de la iglesia, ésta respondía de forma tajante: no podían interpretarse las Escrituras de otro modo que no fuera el aceptado por su cúpula piramidal. Ella decidía mediante "concilios" qué debía creerse y qué no.

Y la razón no podía ir más allá de su ámbito restringido. Todo el mundo debía mantenerse "dentro de los cánones de la fe". Donde no había una explicación satisfactoria para la razón, había que aceptar el "dogma de fe".

Quien no lo aceptara, era persuadido a hacerlo (Juana de Arco, Giordano Bruno, Galileo Galilei y muchos otros). Se celebraban así actos públicos en los que se juzgaba al presunto "hereje" ("autos de fe").

Este dominio absoluto de la iglesia católica duraría hasta los siglos XV - XVI (renacimiento), donde por fin se exaltó la figura del humanista: ser que reivindicó para sí mismo y para los demás el derecho a pensar libremente, que rescató los valores de la ciencia y el arte antiguo, y que puso los fundamentos del nuevo avance científico y tecnológico, todo ello bloqueado por la iglesia y su mandato de "fe ciega" en sus dogmas durante el último milenio.

Sin embargo, y a pesar de haber perdido mucho poder, los sectores más conservadores de la iglesia siguen funcionando hoy en día con los mismos parámetros de hace más de quinientos años: fe ciega en lo que dictan sus propios teólogos y cumplimiento rutinario de sus múltiples ritos.

3.El dominio de la ciencia:

Sin embargo, una vez impulsada la "nueva ciencia" en occidente, éste pasaría a jugar el papel que la iglesia había jugado hasta el renacimiento.

Nacida bajo los ideales de libertad de pensamiento e independencia del poder de la fe, la ciencia caería, hasta hoy, en los mismos errores de su predecesora en el poder: tan sólo la ciencia podía dar al hombre las verdaderas respuestas sobre la vida y tan sólo ella podía satisfacer sus necesidades (avance tecnológico y científico, avance de la medicina, etc.).

Por tanto, el hombre debía rendirse ante esta nueva diosa, rendir culto a la ciencia, y dejar guiarse por ella. Creer ciegamente en "el progreso" y no pretender responder cuestiones que estuviesen más allá del ámbito científico.

De esta manera, la fe quedaba sometida a la ciencia y limitada por ella. Tan sólo valía la verdad científica.

Gracias al tremendo avance de la tecnología experimentado, sobre todo, a partir de la llamada Revolución Industrial (siglo XIX), la ciencia se fue apoltronando en el trono que había usurpado a la iglesia. Cualquier invención tecnológica o avance científico estaban legitimados en sí mismos, porque sólo podía traer al hombre un mayor "bienestar".

Únicamente a partir del siglo XX, con las dos guerras mundiales y los últimos debates sobre la sociedad de consumo, la contaminación ambiental, la manipulación genética, etc. el hombre ha empezado a despertar de su "sueño científico" y a poner en serias dudas que su destino haya de seguir siendo conducido inexorablemente por la ciencia.

Tampoco debemos olvidar que algunas de las "verdades científicas" del pasado han sido refutadas posteriormente y sustituidas por otras gracias al propio avance científico.

Por ejemplo: en el siglo XVIII el concepto de materia era "algo sólido", "sin vacío". A partir del descubrimiento del átomo, se retoma la vieja idea de los atomistas griegos según la cual la materia o realidad física es una combinación de átomos y vacío. Actualmente, se ha llegado a sostener que lo que hasta ahora denominamos "vacío" no es tal, sino que hay un elemento que subyace a todo lo material: el éter, que ya postulaba Aristóteles hace unos 2500 años .

Sin embargo, y como ya pasó con la iglesia, la ciencia aún se resiste a perder su poder, a dejar de representar el papel de "guía hacia el progreso, el bienestar, la verdad y la libertad en un mundo mejor". En definitiva, de gurú de occidente.

Aún hoy en día, en los debates que solemos ver por televisión sobre temas que están "más allá de la ciencia", solemos ver confrontaciones entre los supuestos nuevos librepensadores (defensores de las ideas de la llamada "nueva era", etcétera) y los representantes de los sectores más conservadores de la ciencia, del ateísmo o del agnosticismo. Estos últimos suelen tener como finalidad negar sin más, y a veces sin razonamiento lógico alguno, todas las afirmaciones "del otro bando".
Tales debates deben ser ya superados en el interior de nuestros corazones. Y debemos aprender ya que ciencia y fe no deben estar separadas, intentando la una vencer y dominar a la otra.

Ciencia y fe deben ir de la mano, unidas, apoyándose la una a la otra. La fe debe ayudar a la ciencia, y la ciencia debe ayudar a la fe.

Eso lo estamos comprobando ya hoy en día, en que la ciencia está demostrando "verdades espirituales" defendidas hace siglos o milenios por diversas religiones o tendencias.

Y lo vamos a seguir comprobando en que vamos a descubrir que la espiritualidad es un camino mucho más científico de lo que se suponía hasta ahora.



B)LA NUEVA CIENCIA ESPIRITUAL Y LA NUEVA ESPIRITUALIDAD CIENTÍFICA:

1.La nueva ciencia espiritual:

Es imperativo que la nueva sociedad futura se base en unos nuevos valores que superen los antiguos errores y conflictos tan largamente repetidos.

Ciencia y fe deben volver a unirse y cooperar para el verdadero bien común de la humanidad y del planeta.

Como ya hemos dicho, la ciencia ya empieza a abrirse y guiarse por la fe. Pero no una fe en algo exterior, como hasta ahora (fe ciega en una religión o en la misma ciencia). Sino tomando como hipótesis científicas "verdades espirituales" aceptadas hace siglos y verificándolas como verdades científicas.

Por ejemplo, la verdad hermética de que "como es arriba es abajo", o su versión cristiana de que "Dios creó al hombre (y al cosmos) a su imagen y semejanza".

Einstein quedó admirado cuando comprobó que la estructura del átomo (núcleo y electrones) era una copia diminuta de un sistema planetario. Lo que Einstein y otros muchos científicos se dedicaron a hacer fue verificar científicamente muchas de esas verdades espirituales o intuiciones o sueños

Desgraciadamente, sus investigaciones también sirvieron para crear la bomba atómica. Por ello, "que la ciencia se deje guiar por la fe" también significa que el progreso científico nunca se descontrole y realmente se deje llevar por el espíritu; es decir, para el bien de todos.

2.La espiritualidad científica:

También la ciencia debe ayudar a la fe. Y ello lo puede hacer ya, de momento, aportándole lo que tiene de más precioso y lo que le ha dado sus mejores resultados: el método científico.

Muchos se preguntarán: ¿pero cómo vamos a aplicar el método científico a la espiritualidad? ¡Si eso es imposible!

Pues la verdad es todo lo contrario. Espiritualidad y método científico no son sólo compatibles, sino que la verdadera espiritualidad tan sólo puede guiarse por la fe y el método científico.

¿Cuáles son las bases del método científico?

1.Observación de fenómenos diferentes.
2.Detección de una "relación" que se repite entre fenómenos distintos (hipótesis).
3.Comprobación de dicha hipótesis, observando si esa relación se repite un número "suficiente" de veces en la naturaleza o en un laboratorio.
4.Enunciación de la nueva ley científica para el dominio de la naturaleza y los beneficios que ello comporta.
5.Posible matización o refutación posterior de dicha ley, de acuerdo a variaciones en las observaciones futuras de dicha relación.

Por ejemplo:

1.Agua - temperatura elevada - vapor.
2.Hay una relación entre la temperatura elevada y la transformación del agua en vapor.
3.Cada vez que calentamos agua, ésta se evapora.
4."El agua se evapora al calentarse".
5."El agua empieza a evaporarse a partir de 100 C". Y esto será verdad, mientras la experiencia no nos demuestre lo contrario.

¿Cómo podemos aplicar el método científico a la espiritualidad?

Primero, hay que tener en cuenta que, a diferencia del fenómeno científico (que normalmente acaece fuera de nosotros), el fenómeno espiritual ocurre DENTRO DE NOSOTROS. Por lo tanto, el primer paso es:

1.Auto-observación; es decir, observación de los diferentes fenómenos que se suceden en nuestro interior (emociones, pensamientos, deseos, intuiciones, sueños).
2.Analizar dichos fenómenos y tratar de comprender cómo se originan y se relacionan con nosotros y entre sí.
3.Comprobación del origen de dicha relación "en nuestro laboratorio interior".
4.Enunciación (en principio, sólo para nosotros) de una "verdad espiritual" para el dominio de nosotros mismos y los beneficios que ello comporta.
5.Posible matización o refutación de dicha "verdad", contrastándola con informaciones o experiencias posteriores.

Por ejemplo:

1.Un compañero de trabajo - me siento mal.
2.Me siento mal cada vez que veo que mi compañero de trabajo o bien "se escaquea", o bien deja que el trabajo duro lo tenga que hacer yo
3.¿Por qué me siento mal? A lo mejor es que me gustaría hacer como él, pero no lo hago porque soy un "buenazo". Quizás es que es más listo que yo, y le envidio por saber "sacarse las responsabilidades de encima". ¿Qué hago?
4.Lo correcto para mí es "cumplir con mi deber independientemente de lo que hagan o digan los demás".
5.Quizás puedo hacer algo más: por ejemplo, hablar con él "por las buenas".

Otro ejemplo:

1.He soñado que volaba.
2.¿Es real o irreal? La sensación que tenía era que lo viví como algo real. Además, me lo pasaba muy bien. He oído un ruido, como de viento, y he sentido que flotaba, lo cual era muy "guay". Cuando me he dado cuenta de que estaba "fuera del cuerpo", he sentido miedo y he caído como a un pozo. He sentido un impacto en la zona del vientre y me he despertado inmediatamente. Entonces lo he recordado todo.
3.He vuelto a soñar que volaba diversas veces, y mientras lo hacía, la sensación de realidad era superior al estado de vigilia.
4."Los viajes astrales son una realidad".
5.He conocido personas que también les pasa lo mismo. ¡Menos mal que no soy el único! Ahora ya no tengo dudas. A partir de ahora, con las experiencias que he compartido, podré sacar más provecho de mis experiencias en el mundo astral.

3. El nuevo mundo:

Hacer de nuestra ciencia algo espiritual y de nuestra espiritualidad una ciencia es algo que depende enteramente de nosotros.

Si, a nivel planetario, tomamos la decisión de ser auténticos, nacerá un nuevo mundo en que fe y ciencia se ayudaran la una a la otra para un progreso espiritual y científico en bien de todos.

AMORDE