Esta técnica sirve para enfrentar situaciones complicadas con personas que nos complican:
"De vuelta tienes delante de ti la misma situación que creías resuelta de alguna manera: te topas con una figura de poder y no sabes cómo reaccionar. Porque el juego de roles ya estaba en tu conciente, creíste que no iba a volver a suceder, o que sabrías exactamente qué hacer. O porque en tu camino no se había presentado una persona así en muchísimo tiempo, te desesperas al sentir que caes nuevamente en ese pozo tan conocido. Creo que ya es hora de cambiar de roles y liberarnos de esa angustia que se ha vuelto a manifestar.
Al darnos cuenta de situaciones reiterativas, damos un paso muy grande hacia la solución definitiva. Pero eso no es todo. Hay que tomar medidas para que, en caso de hallarnos nuevamente en algún momento en el que sintamos cosas parecidas, actuemos de manera distinta.
Tienes enfrente tuyo una figura de poder, un jefe, un compañero o una pareja del tipo "interrogador", esos que tratan de encontrar defectos en todo y en todos. Ésta es su principal característica: buscan y buscan, y al hallar algo que a su criterio no está bien, critican, te sermonean, tratan de hacerte sentir muy poca cosa. Y entras en su juego de poder: te sientes impotente, inmóvil, sin fuerzas, se te hace un nudo en la garganta o en el estómago que no te permite contestar como quisieras (si tuvieras una reacción desmedida y agresiva el resultado sería el mismo, los dos extremos son igual de nocivos). Hasta te sientes desplazado de tu propio lugar.
Apenas estés en soledad comenzarás a llorar, y probablemente provoques alguna reacción física lacerante como vomitar, sufrir espasmos, comer desaforadamente, o alguna otra parecida, que terminará dañándote y dejándote aún más vacío, con una sensación de impotencia y falta de fuerzas aún mayor.
Este juego de roles es la manera que ellos (o ellas) tienen de relacionarse con el mundo. Tú, por cierto mecanismo inconsciente, tiendes a tomar el rol de la víctima, del "pobrecito yo". Tal vez sepas de quién la heredaste o la copiaste, tal vez no lo tengas tan en claro. Por este rol que asumes, en muchas ocasiones te topas en tu vida con seres que asumen el rol de "victimarios" o "interrogadores", hasta a veces "intimidadores" (si un grado de violencia verbal o física se hace presente), ante quienes te sientes indefenso. Cada vez que estás delante de una persona así, sea alguien en un lugar jerárquicamente superior a ti (un jefe) o un par (en el trabajo, tu pareja o incluso alguna de tus amistades), tienes la sensación kinestésica de hallarte intimidado e invadido en tu persona, sientes que te encoges de alguna manera y que el otro se agranda, y, a decir verdad, es lo que sucede energéticamente. Así vuelves a entrar en el círculo conocido: no reaccionas, sientes tu lugar desplazado, y apenas estás solo vuelves a decirte cosas hirientes y a dañarte física y psíquicamente, de manera consciente o inconsciente.
Tal vez te parezca que tienes una tendencia a repetir este juego de roles, ya que no es la primera vez que te sucede. Pero sí puede ser la última. Ahora, en el mismo lugar donde estás leyendo este artículo, revive esta situación por última vez. Recuerda cómo te ves cuando te sientes invadido por la fuerza de una persona que te invade. Qué escuchas, qué te dices a ti mismo. Claramente. Qué sensaciones físicas se presentan. Los cambios que se producen en tu metabolismo al observar que vas entrando en esta situación nuevamente (respiración, dolores, espasmos,...). Las caras que aparecen, sus voces. Amplía esta imagen lo más que puedas. Trata de verla con nitidez.
Pues ahora levántate del lugar donde estabas y camina unos minutos, mientras vas volviendo a tu respiración normal. Estira los brazos y las piernas, afloja la cabeza, relájate antes de entrar al segundo paso. ¡Bien hecho! ¿Han pasado unos minutos? Entonces, sigamos: ahí parado, mira el lugar donde habías estado leyendo la primera parte del artículo, mientras recordabas cómo te veías cada vez que sentías esa impotencia y falta de reacción, y piensa qué te faltaba. ¿Qué necesitabas en esas situaciones? Puede ser que la respuesta a esta pregunta sea una palabra con o sin sentido, un nombre, un color, una música, una sensación. En este punto he escuchado las cosas más extrañas, así que cualquier respuesta que se te presente estará bien, nuestro inconsciente sabe exactamente qué necesitamos. Dilo en voz alta. De nuevo, puede parecerte algo sin sentido, pero es la clave que mejorará tu interrelación con los demás. Tomate el tiempo necesario hasta que recibas la respuesta. Supongamos que se te aparece la palabra: "metal". Allí, en el lugar donde estás parado, cierra los ojos y llénate de metal. Siente cómo es estar inundado de metal, cómo te ves con metal, las bonitas cosas que escuchas con metal. Respira hondo. Amplía esta situación de bienestar más y más. Quédate unos instantes disfrutando esta sensación de bienestar que metal te da. Piensa en lo bien que te ves con metal.
En este momento, inundado de metal, vuelve a sentarte en el primer lugar que estuviste cuando comenzaste a leer el artículo y reviviste lo anterior, pero ahora con este nuevo recurso llamado metal. ¿Cómo te sientes? ¿Ves cómo ha cambiado la situación? ¿Qué cosas escuchas o mejor dicho ya no escuchas? ¿Cómo te sientes con este nuevo presente que se abre delante de ti? Trata de visualizarte nuevamente en alguna situación como las que imaginaste al principio del ejercicio. ¿Cómo te sientes en esta nueva realidad? Disfrútala, ya verás que en el futuro, cuando se te presente una situación como las del pasado, gracias a tu nuevo recurso podrás ver las cosas de otro modo y actuarás de otra manera, mucho más positiva y reconfortante para ti"
Espero que les sirva
Saludos,
Paula