Pues, en mi experiencia, no me agrada el acostón por el sólo hecho de acostarme, pero supongo que todos somos diferentes. Lo que más suelo hacer es acostarme con alguien y si por alguna razón decido que no quiero seguir haciéndolo es muy probable que le siga hablando o que de pronto siga teniendo detalles amables. Llamar para saludar, dejar un mensaje, qué sé yo. En las situaciones en las que decido desaparecer es cuando me piden algo que no quiero dar o no estoy en la disposición de dar, ya sea, atención, constancia, amor. En esos casos me harto y me voy y si me persiguen, me escondo. Si digo que sí para una siguiente ocasión es probable que me vaya involucrando y me vaya quedando en mi zona cómoda.