Nos conocimos y ocurrió entre los dos eso inexplicable, lleno de pasión, de entendimiento sin palabras, de comunicación hermosa que en raras ocasiones ocurre de golpe entre un hombre y una mujer.
Me enamoré perdidamente de él, con entrega, con veneración, con profundo respeto y admiración. Sin agobios, sin demandas, sin exigencias, sin expectativas. A él le encantaba estar conmigo, era emocionante para los dos. Nos besábamos y nos acariciábamos con ternura, con pasión, y al menos yo, con mucho amor.
No lo veo desde diciembre, no pude volver a entablar comunicación con él, la cortó de tajo y me descorazonó, me intimidó sobremanera, no me atreví nunca más a molestarlo luego de los primeros silencios sepulcrales. La última vez que estuvimos juntos parecía el inicio de una relación con futuro si no formal y convencional, sí importante, inolvidable. Sus ojos decían mil cosas, nos comunicabamos con el alma. Yo no tengo dudas de que él se sentía amorosamente conmovido, él tampoco se quedó con dudas de mi fascinación por él.
Así fue el último encuentro. Después no entendí el abrupto rompimiento. No soy insistente, me aniquilan los rechazos, entiendo a las primeras cuando se está interponiendo distancia. No agobio, no me pongo de tapete jamás, si el dolor me hiere, lo lloro a solas, en silencio, nunca mi sufrimiento es arma para acercarme a nadie. Así que él calló y yo no volví a intentar acercarme.
Desde su partida siempre está en mi pensamiento, me hace falta, lo imploro. Hace tanto tiempo que no está, que las esperanzas de que vuelva, prácticamente me han abandonado. No trascendí, no fui importante, fui algo pasajero, ahora soy olvido, un pasaje en su vida sin importancia, soy vago recuerdo y soy nada. Él para mi es un dolor profundo en el alma. Me pregunto si lo sabrá.
Al leer a todas ustedes, me he sentido menos sola y menos tonta también. La tristeza de esta ausencia ha hecho que algunos días no tenga ni fuerza ni deseos de levantarme. No logro reencontrarme y solo siento sosiego cuando estoy dormida o leyendo y las envidio mucho por su fuerza y su vitalidad.
Lo que quiero decir con todo lo que les cuento, es que el desamor de un hombre no es cosa de juego y si esta conducta de ellos los capricornio se debe a una forma particular y atípica de expresar sus sentimientos, cuánto desearía saberlo.
Sobre el olvido, y todo lo que les he contado, no necesitaría explicación, ojalá lograra expresarme correctamente:
lo que desearía saber es si esto que me sucedió con él, es algo personal hacia mí, o es una forma de ser por la posición de los astros en su cielo. Quisiera saber si todo es culpa de su signo y si ustedes también sufren por la misma razón . Tal vez siendo así, su comportamiento también les lastima y viven sin saberlo manejar o quizá ni siquiera son consientes de su defecto en el corazón, por llamarlo de alguna manera.
gracias.