Santísimo Justo Juez, hijo de Santa María, que mi cuerpo no se asombre, ni mi sangre sea vertida. Donde quiera que vaya las manos de mi Señor me sostengan. Que mis enemigos tengan ojos y no me vean, si tienen armas no me hieran, con injusticias no me prendan, que el manto con el que fué Jesucristo envuelto, sea mi cuerpo cubierto, para que no sea herido ni muerto, ni a la verguenza de la cárcel expuesto. Por la intersección del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Rezar un Padre Nuestro, una Salve y un Credo