Con la historia de ayer lo que os quería transmitir es la gran capacidad de curación (física y mental) que tiene en esta vida la alegría y las ganas de vivir, curación propia y ajena.
Volvemos a los de siempre, no tenemos culpa de todo lo que ha absorvido nuestra mente. Si algo distingue el alma de un niño con la nuestra es su limpieza y pureza. Por la falta de experiencias y de vida aun no está corrupto. No sabe que una operación de corazón es algo grave y que puede llevarlo a la muerte, igual que no ha creado lazos de dependencia excesivamente fuertes y es capaz de dar amor de forma incondicional a todo aquel que se le acerque con una sonrisa.
Es cierto que la recuperación celular de un niño es mucho mas rápida que la de un adulto, pero aun a todas estamos hablando de estancias cortísimas en el hospital para cardipatías importantes, me sigue pareciendo un record.
Pero con referencia al positivismo, hay algo que quería analizar basándome en este caso de los niños que yo cuido e intentarlo mezclar con el mensaje que transmitimos los adultos entre nosotros.
Recuerdo al niño que estaba con su abuelo, tenía una mala cara que no se la aguantaba el pobre, cara de enfermo. Pero para mi sorpresa el niño lo que tenía era una especie de atrofia en un brazo, no lo podía mover desde que nació y no sabían porqué, así que lo ingresaban eventualmente para hacerle pruebas neuronales. Decir también que el niño tenía solo 2 añitos. Os prometo que pensé que tenía algo vírico, porque tenía cara de enfermo, así que a día de hoy no entiendo esa cara de enfermo por un brazo. Direis: por estar ingresado. Ya, pero mi niña también lo estaba y tenía mejor cara que todo el hospital junto
Un día pensando sobre esto recordé al abuelo cuando me contaba lo que le pasaba al niño:
- Pobre, nació así y no sabemos que le pasa. Además con el tiempo parece que también puede tener un retraso evolutivo neuronal. Pobrecito mio, a ver que va a ser de él. (Cogía al niño...) Eh Pablo, enseñale la mano mala a la chica. Pobrecito mío!!! (El niño se va...) cuidado Pablo que no controlas la mano y te vas a hacer daño. (Sigue hablando conmigo....) Imagínate los padres, tienen un disgusto... Es el primer niño que tienen y mira como les sale.
Yo pensé, Dios, como los padres tengan la alegría en el cuerpo como el abuelo con el tema del niño solo le deseo al pobre lo mejor, porque lo van a hacer mas inutil de lo que es.
De hecho estoy segura de que un niño con cardiopatía que esté acompañado de sus padres no tendría la evolución que tienen mis niños ya que la preocupación de un padre está claro que dista mucho de la mía. si fuese mi hija la ingresada es posible que otro gallo cantase, porque mi preocupación sería extrema, y eso se notaría.
La motivación externa que tienen mis niños es espectacular. En primer lugar llegamos todos con muchas ganas de hacerles muy feliz el ratito que tenemos con ellos, así que las sonrisas y el buen rollo están asegurados. Pero es que además tanto los compañeros que he conocido como yo nos llenamos de buenas palabras hacia su recuperación. Lo normal al conocer a un niño es decirle lo mucho que te alegras de verle tan bien, le pides que te enseñe la cicatriz y le recuerdas lo bien y curada que está, lo rapído que se va a recuperar para volver con su familia, lo fuerte y valiente que es, y así un sinfín de atenciones positivas durante 24 horas al día. Aunque los apreciamos, no tenemos preocupación de unión de parentesco, por lo que todo lo vemos genial y así se lo transmitimos a ellos.
Dicho y hecho, ni uno de mis niños ha estado mas de 1 semana en el hospital seguida por la operación, y he visto avances realmente espectaculares. Incluso ya no de su enfermedad, sino de su evolución general por la gran motivación exterior.
¿No os da que pensar?
¿No creeis que eso tiene algo que ver?
Yo estoy segura y cada vez mas de que el positivismo puede hacer auténticas maravillas para nosotros. No digo grandes milagros, pero si excelentes avances.
Un abrazo y feliz día!