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El aura...

Última respuesta: 14 de enero de 2007 a las :51
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irania_9484512
12/1/07 a las 23:47

Los estudiosos han visto a través de sus estudios todo lo referente a manifestaciones psicológicas, es decir, reconocen las radiaciones a que se dirigen en distintos sectores del cuerpo humano formando un campo magnético que se relaciona con lo biológico, la mente y, por supuesto, con el funcionamiento de nuestras glándulas endocrinas y los cinco sentidos.
En parapsicología se considera al aura algo más de lo indicado, puesto que el misterio de tales radiaciones que salen de las células del nuestro cuerpo es algo que atrae, fascina, ilumina, condiciona hasta el punto de envolverte en un poder mágico.

Nadie puede negar que aura y celebridad no tienen nada en común, y nadie puede comprar un pedazo de aura en ningún mercado del mundo, si ésa no se posee como herencia personal.

Políticos, actores, actrices, gente de negocio, de comercio pueden trabajar mucho sin alcanzar las metas anheladas, sólo por no tener un campo magnético atractivo que le permita abrir puertas más fácil, mientras una persona del pueblo, analfabeta, sin darse cuenta, posee un carisma aurético tan atractivo, que puede hasta representar una fuerza social y ganar condiciones a favor de su mismo futuro.

En el 1939 el descubridor del campo magnético humano fue el ruso Kirlian, que trabajaba en un laboratorio electro-terapéutico, cuando vio centellas eléctricas sobre la piel de un paciente; su genial idea fue de fijar sobre una placa fotográfica este experimento. Desde entonces existe evidencia del campo magnético alrededor del cuerpo humano.

Más tarde los estudios llegaron a concluir que la falta de fuerza de los laberintos luminosos, según su compatibilidad del círculo aurético, el sujeto estaba sufriendo una grave enfermedad o se encontraba en estado de fuerte depresión nerviosa.

Las ciencias ocultas han puesto siempre a trabajar a profesionales de todas las esferas sociales y nunca se ha llegado a resultados de recíproco entendimiento. Nadie puede desmentir que cuando se habla de ojos magnéticos o de persona fuertemente atractiva, estamos hablando de un sujeto solar, radiante, que posee un aura intuitiva, comunicativa, expresiva, convincente y es cierto, existen distintas clases auréticas: la intuitiva, cromática (de colores), curativa, cinematográfica, vegetal (plantas, flores), animales y minerales.

El aura intuitiva encierra en sí tan numerosos hechos buenos y malos que no necesita ningún adivino o don particular que determine el porqué de una idea brillante, tanto del resultado exitoso de una empresa o del fracaso de una inversión. Estas evidencias que nuestro consciente tiene escondidas, nuestro subconsciente las libera en forma de símbolos, para que el ser humano sepa evaluar su intuición y aprenda a ser precavido en el futuro.

Los colores en parapsicología se llaman "los colores del alma" y yo los defino como "la expresión energética del momento". Los colores tienen gran importancia en nuestra existencia y expresan un particular estado de ánimo del momento que estamos viviendo.

Los colores vivos denotan acción, energía, decisión y también violencia, agresión, insatisfacción. Los colores pastel denotan sensibilidad, ternura, indecisión, persona de vida retirada, soñadores. Los colores mixtos pertenecen a personas que se adaptan fácilmente a diferentes situaciones y que sobreviven en condiciones sociales difíciles.

Tal energía, trasformada en partículas electromagnéticas emanadas de nuestro cuerpo entran en los siete chakra (capas), cada una de ellos con una especifica función. Cada fase de nuestra vida se corresponde con nuevas y más altas vibraciones, con la activación de diferentes chakras, y cada fase ofrece nuevos años de experiencia, de vida, de aprendizaje. En fin, posición, sonido, fluidez, color, brillantez, forma, densidad y función forman la anatomía del aura humana.
La historia y sus tradiciones en todos los lugares del mundo a lo largo de 5.000 años concuerdan con las observaciones de campos energéticos o de haber visto luces alrededor de las cabezas humanas. Por cierto, mediante prácticas religiosas, como la meditación y la oración, se puede alcanzar estados de conciencia ampliada que activan las capacidades de percepción sensorial elevada.

El Prana, tradición espiritual hindú, cuenta con más de cincuenta siglos de antigüedad; habla de una energía universal considerada el constituyente básico y la fuente de toda vida. El Prana o hálito vital, por todas las formas a las que ha dado vida.

Los yoguis manipulan esta energía mediante técnicas respiratorias, meditación y ejercicios físicos con la finalidad de mantener unos estados de conciencia y de juventud mucho mas allá de su alcance normal.

El ch'i, existencia de una energía vital de toda materia animada o no, fue el nombre que dieron los chinos en el tercer milenio a.C. El ch'i, contiene dos fuerzas polares; el yin y el yang. Cuando están equilibradas entre sí, el sistema vital muestra salud física; si se desequilibran, el resultado es una enfermedad... La antigua técnica de la acupuntura se centra precisamente en equilibrar el yin y el yang.

La Cábala, teosofía mística judía que surge alrededor del 538 a.C. denomina a esta misma energía "luz astral". En la iconografía religiosa cristiana, Jesús y otras figuras espirituales aparecen rodeados por campos o aureolas luminosas.

John White en su obra "Future Science", relaciona 97 culturas distintas en las que el fenómeno aural recibe tantas otras denominaciones diferentes. Enseñanzas esotéricas como los antiguos textos védicos del hinduismo, teósofos, rosacruces, los budistas, tibetanos, indios, los budistas zen japoneses, madame Blavatsky y Rudolf Steiner, describen detalladamente el campo energético humano. Muchas personas con formación científica en la actualidad, han sido capas de añadir observaciones sobre un nivel físico concreto.

Boirac y Liebeault, eruditos del siglo XII, vieron que la energía que poseemos los seres humanos puede producir sobre otra persona un efecto saludable o patológico, tan sólo con su mera presencia e incluso en individuos separados por grandes distancias.

Paracelso, médico, astrólogo, mago, alquimista, sabio de la Edad Media, dio el nombre de "illiaster" a la energía que llamó entidad compuesta por una fuerza vital y una materia vital.

El doctor Wilhelm Reich, psiquiatra, colega de Freud, a principio del siglo XX. Se interesó vivamente por una energía universal a la que denominó "orgónica". Estudió las relaciones entre las alteraciones en el flujo de orgones del cuerpo humano y las enfermedades físicas y psicológicas.

Mesmer y Van Helmont observaron otras propiedades de los fenómenos de la energía universal que dieron lugar al "mesmerismo", que luego se convertiría en el hipnotismo. Según estos autores, objetos animados e inanimados se podían cargar de este "fluido", y los cuerpos podían ejercitar mutuas influencias a distancia, lo que hizo considerar la existencia de un campo, análogo a un campo electromagnético, de nuestro cuerpo.

Nuestros siete chackras tienen color como los siete planetas tradicionales, ellos son los informadores de nuestra salud, estado emocional, de las dolencias, del suicidio, en fin... son considerados los guardianes de nuestra expresión de vida cotidiana.

De ellos hablaré en otra ocasión.

Conclusión
Existen personas que pueden ver su propia aura sin consultar especialistas o sin necesidad de hacer uso de una cámara aúrica. Otros pueden hacer algunos intentos como el siguiente:

Siéntate en una habitación tranquila, pon tu mente en blanco, respira profundamente; dibuja un pequeño círculo azul sobre una hoja blanca, haz en el centro un pequeño ojo, coloca la hoja frente a ti, pegada a una pared blanca. Después de algunos días de entrenamiento deberías ver un circulo más grande con el color de tu aura. También existen tiendas especializadas que te pueden ayudar.


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