Queridos amigos:
Los acontecimientos de estos días han logrado que cada persona haya detenido su vida cotidiana para replantearse las grandes preguntas de la vida. No sólo buscando el significado de la vida, sino de nuestra experiencia colectiva e individual tal como la concebimos. Buscamos con sinceridad caminos mediante los cuales podríamos recrearnos como miembros de la especie humana. Y evitar así la forma en que nos maltratamos.
Ha llegado la hora de demostrar al más alto nivel nuestro más extraordinario pensamiento sobre quiénes somos realmente. Existen dos reacciones posibles hacia lo que hoy ha ocurrido: la primera se relaciona con el amor y la segunda con el miedo. Si actuamos desde el miedo, es probable que entremos en pánico y hagamos cosas (como individuos y como naciones) que podrían causar aún más daño. Si venimos s desde el amor, encontraremos refugio y fortaleza, aún si se los brindamos a otras personas. Este es el momento de nuestro ministerio. Este es el tiempo de enseñar. Lo que enseñes en este momento, por medio de tus palabras y acciones, se mantendrán como lecciones indelebles en los corazones y mentes de aquellos cuyas vidas toques, sea en este momento o en el futuro.
A esta hora, en este momento, busquemos la causa no señalemos la culpa. Si no tomamos este tiempo para mirar la causa de nuestra experiencia, nunca removeremos de nosotros las experiencias que la han creado; y en cambio, viviremos eternamente con la carga de la retribución hacia aquellos de la familia humana que se sienten afligidos y apenados. Para nosotros, las razones son claras. No hemos aprendido las más básicas lecciones humanas. Nos hemos olvidado de las verdades humanas más básicas . No hemos comprendido la más básica sabiduría espiritual. En resumen, no hemos estado escuchando a Dios, y por esta razón, estamos haciendo cosas que no son de Dios. El mensaje que escuchamos de todas las fuentes de la verdad, es clara: todos somos uno. Este es un mensaje que la raza humana ha ignorado. el haber olvidado esta verdad es la única causa del dolor y la guerra y la forma de recordarlo es simple: amar, este y cada momento.
Si pudiéramos amar hasta a aquellos que nos han herido, atacado, buscando entender por qué han actuado así ¿Cuál sería nuestra respuesta entonces?. Todavía más: si enfrentáramos negatividad con negatividad, ataque con ataque... ¿Cuál sería el resultado?. Estas son las preguntas puestas hoy delante de la raza humana. Son preguntas que hemos fallado al responder, por miles de años. Fallar al contestarlas ahora podría eliminar la necesidad de contestarlas. Si queremos que la belleza del mundo, que hemos ayudado a crear, sea disfrutada por nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos, debemos transformarnos en activistas espirituales aquí y ahora mismo. Elijamos ser parte de la situación. Entonces...habla hoy con Dios. Pídele ayuda, su consejo para un examen interior, para obtener fortaleza, para sentir una profunda paz y sabiduría. Pídele a Dios que nos muestre cómo actuar en el mundo, de tal manera que logremos un gran cambio. Unite a toda las personas que ahora están rezando, para agregar tu Luz a la Luz que desvanecerá todo temor. Este es el desafío puesto delante de cada persona hoy. En este momento, el alma humana pregunta: ¿Qué puedo hacer para preservar la belleza y la maravilla de nuestro mundo y para eliminar el enojo, el dolor y la consiguiente disparidad que ésto causa, en aquella parte del mundo que hoy estoy tocando? Por favor, busca tu respuesta hoy, con toda la magnificencia que eres. ¿Qué puedes hacer hoy, en este mismo instante?
Una enseñanza central en muchas tradiciones espirituales es: lo que quieras vivenciar, bríndaselo a otra persona. Mira qué es lo que deseas vivenciar hoy en tu propia vida y en el mundo. Después mira si hay otro para quien seas la fuente de ésto.
Si deseas experimentar paz, brinda paz a otro. Si deseas sentir que estás seguro, haz que otro se se sienta seguro. Si deseas entender lo que parecen cosas incomprensibles, ayuda a otro a entender mejor. Si deseas curar tu propia tristeza o enojo, busca curar la tristeza o el enojo de otra persona. Todas estas personas te están esperando ahora. Tienen sus ojos puestos en tí. Ellos necesitan tu guía, ayuda, coraje, fortaleza, comprensión y seguridad. Sobre todo te miran esperando amor. Mi religión es simple. Mi religión es la bondad.
"Dalai Lama."
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