El principal problema que puede haber en una tirada de cartas es que se incluya en la interpretación conceptos que la otra persona desconoce. Hablar de karma, guías espirituales, destino u otros conceptos habituales en el mundo esotérico, puedes hacer la lectura más enrevesada y difícil de entender para el qye recibe la respuesta. En muchos casos, pueden hacer que este termine más confundido de lo que estaba
Ahora bien, hablar de guías, karma o destino no es un problema en sí. Cada persona tiene derecho a pensar y creer en lo que quiera. En donde es necesario prestar atención es en la forma en que estos conceptos ideas pueden interferir en el mensaje central que se pretende dar con el tarot. Si alguien pregunta ¿Tengo proyección amorosa con esa persona? la respuesta debería ser bastante precisa y decantarse por un sí o un no. La persona no está pidiendo saber si su pareja es por destino o si la conoció porque es su alma gemela que le viene persiguiendo desde hace tropecientos años. A lo mejor la persona no entiende ni papa de esos temas y se queda más asustado que contento con la respuesta.
De ahí la importancia de separar, en la medida de lo posible, lo que siente y cree quién lee del mensaje que luego le corresponde dar a la otra persona. Así la respuesta que se obtiene es limpia y directa, sin aditivos.