Cuando estar enamorada significa sufrir, estamos amando
demasiado.
Cuando la mayoría de nuestras conversaciones con amigas
íntimas son acerca de él, de sus problemas, sus ideas, sus
sentimientos, y cuando casi todas nuestras frases comienzan con
"él...", estamos amando demasiado.
Cuando disculpamos su mal humor, su mal carácter, su
indiferencia o sus desaires como problemas debidos a una niñez
infeliz y tratamos de convertirnos en su terapeuta, estamos
amando demasiado.
Cuando leemos un libro de autoayuda y subrayamos todos los
pasajes que lo ayudarían a él, estamos amando demasiado.
Cuando no nos gustan muchas de sus conductas, valores y
características básicas, pero las soportamos con la idea de que, si
tan sólo fuéramos lo suficientemente atractivas y cariñosas, él
querría cambiar por nosotras, estamos amando demasiado.
Cuando nuestra relación perjudica nuestro bienestar emocional
e incluso, quizá, nuestra salud e integridad físicas, sin duda
estamos amando demasiado.A pesar de todo el dolor y la insatisfacción que acarrea, amar
demasiado es una experiencia tan común para muchas mujeres que
casi creemos que es así como deben ser las relaciones de pareja.
La mayoría de nosotras hemos amado demasiado por lo
menos una
vez, y para muchas de nosotras ha sido un tema recurrente en
nuestra vida. Algunas nos hemos obsesionado tanto con nuestra
pareja y nuestra relación que apenas podemos funcionar como
personas.
tantas mujeres, en busca de alguien que las ame, parecen
encontrar inevitablemente parejas nocivas y sin amor.
una vez que sabemos que una
relación no satisface nuestras necesidades, nos cuesta tanto
ponerle fin.