La idea del Fatum o Destino tejido por los Dioses es una idea que no tiene ningún sostén racional. Sin embargo, parece ser la explicación supersticiosa para algo que sí tiene fundamento racional y que es el Principio de Causalidad.
Desde la perspectiva de la causalidad, todo lo que nos sucede es el resultado de hechos anteriores. Sin embargo, la complejidad de variables, actos y decisiones que construyen un hecho a veces se transforman en algo tan enrevesado que llega un punto en donde las personas dejan de entender porqué les sucede determinada cosa. Entonces lo habitual es tirar de creencias y mitos para tratar de entender aquellas cosas. Muchas de ellas son ideas supersticiosas o burdos acercamientos a la verdad.
LIBRE ALBEDRÍO Y NIVEL DE ACCIÓN
Hay un nivel de acción en donde obviamente podemos decidir libremente. Podemos elegir lo que vamos a comer o lo que vamos a comprar. También podemos elegir seguir o no con nuestra pareja. Sin embargo hay otro nivel de causalidad en donde esa libertad se nos escapa. Por ejemplo, una enfermedad y cualquier otra situación que parece estar fuera de nuestras manos, como por ejemplo los resultados de una analítica.
¿Lo que nos sucede es por destino o por decisión de un dios que ha escrito en un libro todo lo que nos sucedería? ¿Está todo predeterminado?
Seguramente no. Sin embargo, lo que sí puede estar sucediendo es que como seres humanos no entendemos la profundidad y complejidad que tiene el Principio de Causalidad y desconocemos todas las variables involucradas en un resultado o hecho final. No han sido los dioses ni el destino. Lo que sucede es que nos hemos perdido en el laberinto de la causalidad.
Hay causas para todo, pero aún no las entendemos todas. Es por eso que tenemos la impresión de que algo o alguien nos impone lo que nos sucede. Al no entender todos los motivos perdemos libertad de acción.
