A lo largo de la historia, las personas hemos ido evolucionando, adaptándonos, consiguiendo cada vez mayores logros que se traducían en comodidades: mayor calidad en el entorno del hogar (lavadoras, neveras, televisiones), mayor calidad en la alimentación (tenemos más en cuenta llevar una dieta equilibrada), en el ocio (vacaciones, cenas con amigos, actividades de tiempo libre con nuestros seres queridos), en la salud (nos hacemos chequeos médicos, seguros privados, vamos al dentista). Y todo esto, para setirnos mejor, estar más sanos, más contentos para obtener una MAYOR CALIDAD DE VIDA.
Pero, ¿qué es la calidad de vida? Porque, si tengo todo aquello que me facilita la vida, pero no disfruto de ella, no sé resolver problemas emocionales, no me relaciono bien con algunas personas, a nivel de pareja no sé comunicar de manera funcional, sufro más de lo debido
La calidad de vida la conseguimos cuando somos capaces de sacar partido a nuestra vida siendo conscientes de la realidad: aceptando nuestras limitaciones, nuestras carencias, nuestras dificultadesaun así disfrutamos cuando se da la circunstancia, y lo pasamos mal, pero sin llegar a sufrir, ante situaciones desagradables.
Este es el objetivo de la vida: VIVIR en el sentido más amplio de la palabra. Y a vivir, se aprende desarrollando las habilidades que nos ayudan a afrontar, de manera adaptativa, los problemas y los retos que nos van surgiendo, de forma inevitable, a lo largo de nuestra vida.