Cielo, q pronto encuentren consuelo
Un abrazo muy grande o todos llemo d amor y consuelo.
Dios los bendice.
PADRE NUESTRO.
Padre nuestro que nos has creado, arrancándonos como un destello eterno de tu corazón de oro.
(-Que nos has creado en verdad como la ola, que sin desprenderse se desprende del mar.)
Que estas en los cielos, que estas en los cielos limitados de cada dolor y cada enfermedad.
Que estas en la sangre que se derrama, que estas en el cielo sin distancias del amor.
Que estas en los cielos, en los cielos del corazón.
Santificado sea tu nombre, santificado y repetido con el orgullo y la satisfacción del hijo del poderoso.
(-Santificado no sólo porque lo diga la ley, santificado porque nunca duermes, santificado porque nunca hieres, santificado porque ahora seguramente te sonríes ante nuestros problemas. )
Venga a nosotros tu reino, llegue a los hombres la sombra de tu sabiduría, venga a nosotros la brisa que impulsa la vela, venga pronto la señal de tu hijo, vengan a nosotros las otras verdades de tu reino.
Venga a nosotros tu reino, (-el reino de la belleza visible e invisible. Esa belleza invisible que se adivina debajo de la justicia, la que sostiene un beso de amor, la de los hombres que jamas reclaman, la que regala al mundo sus cosechas, La que concede antes de que se abran los labios para rogar.
Ese es tu reino, y puesto que Dios es rey, es el único de armar el rojo de una rosa o fabricar la geometría de las estrellas.)
Hágase tu voluntad en la tierra y en los cielos, y que el hombre sepa comprenderlo.
Que los espíritus conozcan que nada muere o cambia sin tu consentimiento,
Que no perdamos el sentido de tu ultima palabra "AMAOS".
Hágase tu voluntad aunque no la entendamos.
Hágase tu voluntad en la tierra como en los cielos, (-Ya sé que aveces, el Padre de los cielos parece como si se hubiera ido de viaje, no temáis es el único que jamás viaja, sólo que nuestra voluntad no siempre coincide con la suya, pero él sabe bien lo que nos conviene.
Hacer la voluntad del Padre a cada instante aunque no la comprendamos, es el pequeño gran secreto para vivir en paz.)
El pan nuestro de cada día dánoslo hoy.
Danos el pan de la paciencia y el reposo.
Danos el pan de la alegría de los pequeños momentos.
Danos el pan de las promesas.
Danos el pan del valor y la justicia.
Y el fuego y las sal de la compañía.
Y también el llanto que limpia.
Danos Padre el rostro sin rostro de tu imagen.
(-El pan nuestro de cada día danosle hoy, porque el pan que nos sustenta cada día, Él nos le ha dado primero. " El Padre es sabio y conoce a cada uno de sus hijos por su nombre y dispone todo lo necesario, para que en forma de trabajo, de suerte o casualidad, ni una sola de sus criaturas quede desamparada.
La codicia, la ambición y la usura, queridos, no son sólo pecados contra los hombres, son estupideces muy propias de los que han olvidado o nunca supieron que tienen un padre inmensamente rico.)
Perdona nuestras deudas. Disculpa nuestros errores como el Padre olvida la torpeza del hijo.
Perdona las tinieblas de nuestro egoísmo.
Perdona las heridas abiertas.
Perdona los silencios y el trueno de las calumnias.
Perdona nuestra pesada carga de desconfianza.
Perdona a este mundo que a fuerza de soledad, se está quedando sólo.
Perdona nuestro pasado y nuestro futuro.
Perdona nuestras deudas, sobre todo las que nadie conoce. (-Es difícil hallar la maldad en alguien que lo antepone todo a su interes. )
Y no nos dejes caer en la tentación. No nos dejes caer en la tentación de olvidarte, Padre de los cielos. (-Sí el peor de los pecados es menospreciar o ignorar a los que nos han dado la vida terrenal ¿ qué clase de afrenta será renunciar al Padre de los padres ?.) Líbranos de la ceguera de corazón.
No nos dejes caer en la tentación de la riqueza. Ni en la miseria ni estrechez de espíritu.
