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Más de "me quiere, no me quiere"

Última respuesta: 31 de julio de 2008 a las 14:06
F
ferial_6291511
30/7/08 a las 22:19

(copio/pego del internet)

1. USTED HA LLAMADO A LA CASILLA DE VOZ DE Primera señal. Si no está en el cine, en la silla del dentista en plena endodoncia o siendo apuntado por la escopeta de un asesino en serie, es fácil: no te quiere contestar el celular. Como siempre a mí, negada para la tecnología, me costó tiempo cargar con uno de esos aparatos, entre otras razones, porque es un teléfono portátil y particular. Y así como sirve para ubicarte donde estés (lo que no siempre es tan conveniente), también sirve de señal para ubicar al otro en el espectro de las personas con las que no quieres hablar. Basta con ver en la pantallita el nombre de alguien a quien no le quieres hablar o te quieres hacer la loca por alguna razón, no contestas y punto. Pero si te pones del otro lado, es horrible que alguien no te conteste el celular. Yo odio que me hagan eso y he cometido el error de las tres mil llamadas. Es decir, si no me contesta, voy a volver a llamar. Sólo de pensar que alguien puede haber visto mi nombre al lado de un texto que dice 17 llamadas pérdidas me hundo en el sillón de la vergüenza. Bueno, queda claro, ¿no?

2. SI NO TE CONTESTA, MENOS TE VA A LLAMAR. Esas esperas al lado del teléfono, revisando mil veces la pantalla a ver si hay alguna llamada perdida o las vueltitas que prácticamente hacen hueco en el piso (o le sacan lustre) alrededor del bendito celular esperando una llamada que jamás va a llegar son otra pérdida de tiempo y una voz de alarma de decibeles de camión de bomberos diciéndote: no quiere saber de ti. La madre de una amiga decía: el que te quiere, llama aunque le corten las manos, y es verdad. Así que ¿por qué seguir esperando? Lo más probable es que esté haciendo cualquier otra cosa en la vida que siquiera pensar en llamarte.


3. ÉL NO ESTÁ CONECTADO. Este es una clásico de nuestros tiempos. Estás en Internet, de pronto lo ves en la ventana del chat y te animas a tipear un saludito cordial como un Hey, ¿cómo andas?" A mí me ha pasado quedarme como una tarada esperando que aparezca el popular el hijo de p que no me quiere hablar está escribiendo un mensaje, pero no. No aparece. Haces un segundo avergonzado intento: ¿estás?. Pueden pasar dos cosas, o que esperes por siempre o que de pronto aparezca: el hijo de p que no me quiere hablar aparece como No conectado. He de reconocer que yo también he hecho desapariciones on line (que bueno es ponerse en los zapatos del otro, ¿no?, yo calzo 7). Desde el día que nos conocimos, mi persistente compañero de aquel buen día en Amigolandia, trató de comunicarse conmigo a través del chat durante meses y no tuve la amabilidad de contestarle un solo mensaje. Sí, fui una malcriada, pero no me gustaba. Así que lo dejaba tintineando, mandándome zumbidos inútiles, hablando sólo, yo estaba en otra y no quería nada con él. Se siente horrible del otro lado del espejo, cuando tú eres el interesado. Ante estos casos, recomiendo bloquear y borrar. Después que uno tiene el valor de hacer eso, se siente rico.


4. ¿OYE, NO QUIERES SALIR? Huy, no. No lo invites a salir. Si ya te diste cuenta de que existe cierta resistencia de su parte, el rey de las excusas te dirá que está cansado por su partido de fulbito, que la noche anterior trabajo hasta tarde, que está resfriado, que tiene un examen mañana o hasta recurrirán al increíble (por no creíble) mi abuelita se enfermó y la tengo que visitar. A ver, si alguien que te gusta te invita a salir ¿qué haces? ¡Sales pues! Yo de inmediato hago un repaso mental del ropero, llamo a alguien ad-hoc al momento a contarle con voz de quinceañera: ¿adivina con quién voy a salir mañana? y ya me empiezo a hacer la película de cómo será la salida. Un chico me gustaba mucho el año pasado, pero mucho. Recuerdo que hablábamos horas y horas por teléfono -y parecía que a él también yo le gustaba- así que en medio de una de esas largas conversaciones le dije que porqué no la trasladábamos a la mesa de un bar con unas chelitas entre nosotros. De pronto mi interlocutor telefónico enmudeció. Yo por supuesto, me arrepentí de haberle propuesto salir. Me dio una excusa que no recuerdo, pero a mí me gustaba mucho y otra noche embriagada por lo bien que nos entendíamos hablando de todo, me mandé otra vez con lo que yo misma bauticé como La desubicación de Alicia (el jamás me dijo ni, ahora que somos amigos, Ali, no me pregunten por qué, es una historia larga), es decir, lo volví a invitar a salir. Obvio que volvió a negarse. Agarré mi toallita imaginara, la tiré contra el piso y no lo volví a hacer. Pero una noche de esas oscuras me lo encontré en un bar ... con su novia. Creo que no hay más que decir.


5. ¿QUÉ HORA ES? Ésto es lo primero que vas a preguntar cuando comiences escuches unos extraños timbrazos de madrugada, pero no es tu despertador, no, el alcohólico no-anónimo ha empezado a llamarte sólo cuando está borracho. Por lo general quiere verte. Gran error si te pones lo primero que encuentras y sales a su encuentro. Yo lo hice una vez hace años cuando vivía en la casa de mis padres. Me escapé en pijama, subí a un taxi a las 4 a.m. y ¿para qué? para escuchar los ronquidos del pata ebrio, que jamás me abrió la puerta porque estaba privado por el trago. Ese día dije nunca más. Pero ya saben, esas son palabras mágicas. El año pasado el chico con el que salía me llamó a las 3 a.m. para que le diera el alcance en un bar. Yo desde la una de la madrugada, hora en que comenzaron las llamadas y los mensajes, me resistí, estaba en pijama y además al día siguiente tenía que trabajar, pero dos horas de insistencia después, cedí, me puse bonita y lo encontré esperándome. No me arrepiento porque pasamos una noche, quiero decir, una madrugada bonita

6. HOLA! QUE CASUALIDAD. Mi cumpleaños pasado lo celebré en un bar al que había invitado al chico que me gustaba, no había pasado nada entre nosotros pero nos mandábamos un ligero coqueteo cada vez que nos veíamos y días antes, me había envíado un correo electrónico en el que me decía que de todas maneras iba a ir. Yo la estaba pasando de lo más bien con mis mejores amigos, que llegaron con torta y todo, bailando, bebiendo, riendo, hasta que llegó una de mis amigas con la noticia de que el pata en cuestión estaba en otro bar muy cerca. Entonces las fuerzas del alcohol y de mi estupidez me hicieron largarme del bar, olvidar a mis amigos y a mi torta de chocolate e ir en busca del sr. "no me importas". Obvio, cuando llegué lo ví coqueteando con unas chicas. Me saludó son las justas y claro, ni siquiera recordaba que era mi cumpleaños. Al día siguiente, además de una resaca física horrible, tuve una resaca emocional, aún peor. Así que ¿por qué hurdir un plan para encontrártelo de "casualidad" en un lugar donde sabes que va a estar? Pueden pasar dos cosas. Una, como me pasó a mí, que no te de bola y te sientas la más cojuda del mundo y dos, que te lo encuentres con otra. ¿Gastar plata, maquillaje y tu dignidad para sentirte como una cucaracha? No gracias.

7. NO TE CONVIERTAS EN SERENAZGO. No hay mirada más fea que la del chico que llega a su casa, peor si es tarde y viene de una juerga, y te encuentra con tu mirada de Verónica Castro esperándolo en la puerta. Yala, también. Si el pata no quiere volver a verte, menos quiere encontrarse a algún fantasma de lo que para él es "pasado" en la entrada de su hogar dulce hogar, al que quiere entrar y dormirse sin un innecesario mini drama emocional. Hay animales, como las culebras y serpientes, que se arrastran. El ser humano no tiene que hacerlo. Lo más seguro es que le comience a decirle a sus amigos que lo estás acosando. Es decir, en su entorno, te ganarás, además de arrastrada, fama de loca.


8. NO NECESITAS DESPEDIRTE. Por más que tú necesites terminar tu historia de alguna manera, y por más que suene bonito y romántico dejarle una carta, correo electrónico o hasta algún regalito, despidiéndote o en su defecto, mandándolo al demonio, insultándolo, volcando toda tu rabia y frustración en unas líneas que sólo demuestran despecho, no le va a importar. Lo más seguro es que ni siquiera lo lea. ¿Por qué? porqué es obvio que es una manera de llamar su atención, de hacerte la víctima. En caso contrario, si es verdad, que necesitas despiderte y terminar esa relación lo puedes hacer sola/o. Los manotazos de ahogado jamás te salvarán del naufragio. Y en serio ¿para qué humillarse una vez más? Yo lo hice la última vez. Estaba dolida y a pesar de mi orgullo lo llamé con la ... idea de "terminar" algo que jamás había empezado y lo único que escuché fue un: no entiendo esta llamada. ¿Suficiente? Para mi sí. A penas colgué me quedé sentada en mi carro unos minutos, de pronto agarré el celular pero no para llamarlo otra vez, sino para borrar sus números. Misión cumplida. Eso es despedirse.
Estar bien lejos de estoy-detrás-de-alguien-que-no-me-quiere-landia (que es donde estuve varias veces) te lleva directamente a estoy-conmigomismolandia y es un sitio bien paja para estar. Hoy por ejemplo, yo y yo nos vamos a arreglar para salir a tomar un cafe esta tarde, a malcriarnos con un innecesario par de zapatillas para este invierno, una tabla para picar (ya me cansé de rayar el repostero) y quien sabe, después ver una película en el cine. ¿Se nota que estoy contenta? Yo creo que sí. Esa es la idea. Otra vez soy un cuadernito en blanco.

Ver también

C
chadya_6743679
30/7/08 a las 23:30

Hola
Eso son señales obvias que no queremos hacer caso, identificación total por mi parte, no podría expresarlo así pero estoy de acuerdo 100%. Llegará el que se comporte con nosotras de forma diferente, llegará. Besos.

F
fella_5524679
30/7/08 a las 23:41

Muy bueno
Y muy interesante.
Gracias mostacilla.

Z
zaloa_6209869
31/7/08 a las :54

Leanlo x que es para
pensar y ponerse las pilas.

F
ferial_6291511
31/7/08 a las 14:06

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