Alguna vez en la vida de algunas personas aparece algo que nos lleva a descubrir una realidad distinta a aquella en la que nos habiamos movido hasta entonces; algo que rompe o desborda los esquemas de nuestra vida cotidiana, que amplia el horizonte de nuestras espectativas, que nos hace asomarnos a formas de existencia que no sospechabamos o que no nos atreviamos a indagar; algo que nos hace desear lo que ni siquiera habiamos intuido, y que nos hace sentir que la felicidad es algo mas que un sueño imposible. A ese algo que aparece en nuestras vidas y las transforma, yo le llamo el ANGEL.
El ANGEL toma casi siempre la figura de un hombre o una mujer, pero a algunas personas se le manifiesta de modo mas abstracto e inconcreto, porque el ANGEL es sobre todo una forma distinta de ver, de sentir, de conocer, ded vivir.
El ANGEL no es un hombre ni una mujer especial aunque lo creamos asi cuando nos enamoramos de el. El ANGEL es solo un enviado, un mensajero que nos trae un mensaje que nunca conseguimos descifrar, quiza porque el amor es una pregunta cuya respuesta no existe, una hoja cuya rama no existe, un mundo cuyo cielo no existe.
El ANGEL lleva siempre aparejado el dolor de su perdida.
Su aparicion nos deslumbra, pero pronto se revela incompatible con la realidad, con nuestro trabajo, nuestras obligaciones, o la simple rutina de la vida diaria.
Al comienzo pensamos que va a ser eterno e indestructible, pero en seguida comprobamos su carcter efimero. Nos resistimos a admitirlo, tendemos a pensar que hemos hecho algo mal y que por eso se ha ido, pero lo propio del ANGEL es su fugacidad. El ANGEL no es permanente, aunque sus consecuencias o sus secuelas puedan serlo. El milagro sucede y despues y despues vuelve a la normalidad. El ANGEL es siempre una figura transitoria: aparece, nos encanta, nos hace conocer la felicidad, a veces nos transforma...y se va.
El ANGEL nunca envejece a nuestro lado. No se sabe por que, pero es asi. Quiza sean ordenes del Mandamas.
Se va el ANGEL y nosotros volvemos a la vida diaria. Despues del milagro se vuelve al cansancio y a la rutina, pero tambien a la otra felicidad posible y duradera, a la familia, a los hijos, al trabajo, a los amigos y las amigas que estan ahi y no fallan. Se vuelve a la tranquilidad.
Pero en los ojos de quienes han visto al ANGEL queda siempre, como huella indeleble de su paso, un sentimiento de nostalgia, una sombra que nada puede borrar. LA SOMBRA DEL ANGEL.
(Marina Mayoral)