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Cuando odiamos a nuestros enemigos, les damos poder sobre nosotros, nuestros deseos, nuestra presión

Última respuesta: 1 de noviembre de 2008 a las 6:01
E
edisa_5960183
1/11/08 a las 3:45

Les comparto este articulo, si les gusta mantenganlo arriba, es importante la reflexion que trae..... bendiciones para tod@s.

El resentimiento nos ata al pasado impidiendo que disfrutemos el presente. Cuando guardamos rencor por alguien que nos haya hecho algo o que nosotros creemos que nos hizo daño, le estamos dando a ésa persona un poder sobre nosotros, que por lo general, el no solicitó.

Cuando odiamos a nuestros enemigos, les damos poder sobre nosotros, nuestros deseos, nuestra presión sanguínea, nuestra salud y nuestra felicidad. Nuestros enemigos bailarían de alegría si supieran cómo nos preocupan, cómo nos torturan y cómo se nos imponen. Nuestro odio no les daña, pero convierte nuestros días y noches en un infernal torbellino. Por lo tanto, cabe ver que cuando Jesús dijo Amad a vuestros enemigos, no se limitaba a predicar ética. También predicaba medicina del siglo XX. Cuando dijo Perdonad setenta veces siete, Jesús nos estaba diciendo el modo de no padecer alta presión sanguínea , perturbaciones del corazón, úlceras del estómago y muchas otras enfermedades. Cuando Jesús dijo Amad a vuestros enemigos, también nos estaba diciendo el modo de mejorar nuestra presencia. Conozco personas cuyos rostros se han arrugado y endurecido por el odio y desfigurado por el resentimiento. Todos los tratamientos de belleza no mejorarán su aspecto ni la mitad de lo que lo mejorarían el perdón, la ternura y el amor.

¿Acaso nuestros enemigos no se frotarían las manos de gusto y bailarían de alegría si supieran que el odio que sentimos hacia ellos nos está agotando y poniendo nerviosos, desfigurando, creando perturbaciones cardíacas y probablemente acortando la existencia? ¿Acaso nuestros enemigos no quedarían encantados de ver cómo el odio nos está consumiendo?.

Si no podemos amar a nuestros enemigos, amémonos por lo menos a nosotros mismos. Amémonos lo suficiente para no permitir que nuestros enemigos dominen nuestra felicidad, nuestra salud y nuestro aspecto. En lugar de odiar a nuestros enemigos, compadezcámoslos y demos gracias a Dios por habernos hecho distintos de lo que son. En lugar de amontonar condenaciones y venganzas sobre nuestros enemigos, procurémosles nuestra comprensión, nuestra simpatía, nuestra ayuda, nuestro perdón y nuestras oraciones.

Yo he sido educado en una familia que leía las Escrituras y todavía puedo oír a mi padre repetir esas palabras de Jesús que continuarán repitiéndose mientras el hombre tenga ideales: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os odian y rezad por lo que malignamente os utilizan y os persiguen. Mi padre trató de vivir de acuerdo con estas palabras de Jesús, las cuales le procuraron una paz interior que los capitanes y los reyes han buscado muchas veces en vano.

Jamás tratemos de pagar con la misma moneda a nuestros enemigos, porque si lo hacemos, nos haremos más daño que el que les hagamos.

"Cuando el aparente enemigo se transforma en maestro de paciencia y tolerancia"

Ver también

K
kaddy_6493148
1/11/08 a las 6:01


muy bueno.......
saludos que estes bien............cuidate y gracias x compartir con nosotros este mensaje.......

ISDIN Si-Nails

ISDIN Si-Nails

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